Cómo encontrar tu esencia y reconectar con tu belleza, con Andrea Amoretti

publicado en: Moda consciente | 0

Nuestra imagen siempre ha sido un uniforme social. Siempre nos hemos vestido y peinado en línea con los mandatos y limitaciones de la época que nos ha tocado vivir, del sexo en el que hemos caído, de la clase social en la que hemos nacido, del lado de la frontera en el que estábamos… y la moda ha contribuido en gran manera a ese uniforme, dictando formas, tejidos y colores, estableciendo qué estaba hot y qué estaba out, qué tendencias había que seguir y cuánto dinero había que dejarse en todo esto. En los últimos tiempos, el consumo de masas ha entrado en el juego gracias a la moda rápida y el low cost, y a la uniformidad y la tendencia loca se ha añadido el consumo como si no hubiera un mañana. Como si no hubiera un mañana, como si nuestro armario no tuviera fondo, como si hubiera un planeta B.

Como si cada una de nosotras y cada uno de nosotros no fuéramos una personita con una personalidad propia, con una autenticidad y una belleza que nos hacen únicos. Durante demasiado tiempo, nuestra imagen y lo que en realidad somos, exterior e interior, han estado totalmente desconectados. Y la mayoría de nosotros hemos ‘consumido’ ropa, zapatos, accesorios… o mejor dicho, esa moda nos ha consumido a nosotros, nos ha llevado ella a nosotros y no al revés, no la hemos hecho nuestra porque tenía poco que ver con lo que en realidad somos. Y así, hemos consumido hasta el hartazgo, y lo seguimos haciendo.

Andrea Amoretti

Este capítulo es muy especial porque te habla a ti de reconectar con tu esencia y tu belleza, condición indispensable para, desde ahí, construir un estilo propio con el que estar a gusto en tu piel y en tu imagen, y comprar moda con cabeza y corazón. Para ello, tengo la suerte de contar con Andrea Amoretti, toda una experta en la materia.

Me parece central al tema que nos ocupa, de lograr que nuestro vestido y el consumo que hacemos de textiles tenga el menor impacto medioambiental y social posible, la propuesta que hace Andrea Amoretti con sus artículos, sus dos libros, a través de su podcast Esencialista y en las experiencias de su laboratorio virtual, dedicados todos ellos a la esencia: Andrea propone conectar con nuestra belleza para llegar a través de ella a lo que comúnmente se conoce como “encontrar tu estilo”.

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Me interesa mucho este tema personalmente Andrea, porque durante mucho tiempo he pensado que yo no tenía un estilo propio, que copiaba de aquí y de allá, intentaba seguir la moda (sin éxito) y luego volvía a lo que creía que me gustaba…

¿Todos tenemos un estilo propio? 

Andrea cree rotundamente que SÍ. Hablamos del mecanismo de la comparación y cómo esta estrategia de imitación del resto para lograr la aceptación del grupo a menudo ‘se come’ nuestra autenticidad.

¿Qué ejercicios podemos hacer para reconectar con nuestra verdad, encontrar nuestra belleza y autenticidad y de ahí, acabar encontrando esa imagen que es la que vamos a ver en el espejo y vamos a proyectar al resto? 

“Alrededor de nuestra conexión con la belleza hay todo un lenguaje que descubrir. A veces pensamos que se reduce todo a nuestras prendas o a nuestro armario”. “Hay dos cosas muy importantes, quizá incluso innegociables: reducir el ruido de nuestra vida (velocidad, estímulos…) y despertar nuestros sentidos. Cuando tocas esas dos teclas, la conversación contigo cambia”.

Me parece un buen punto de partida porque se puede trabajar. Y además, ¿se puede trabajar ese estilo?

“Se puede, pero el gran problema del estilo y de entender en qué consiste nuestra imagen, por qué es importante y cómo podemos relacionarnos bien con ella reside en que, durante mucho tiempo, lo hemos desconectado de lo que somos”. “No tendría sentido tener una imagen que está trabajada para que funcione fuera pero que no tenga esencia, no tenga alma. Eso puede funcionar en la publicidad, para una sesión de fotos, pero que no tiene sentido si hablamos de personas. Las personas se expresan con lo que son por fuera también.” “Una vez has entendido que el diálogo es bidireccional, de dentro afuera y de fuera adentro, hay toda una técnica que se puede utilizar, tanto de fisonomías como de colores, cómo gestionar un armario, cómo consumir de manera consciente, cómo comprar de manera eficiente y socialmente responsable…” “La idea es que conviertas la conversación con tu belleza en una conversación cotidiana contigo misma que te ayude a crecer y a evolucionar de manera constante”.

Y encontrarte bien en tus zapatos y lo que ves en el espejo.

Sí, sentirte bien con tu piel. “Es esa complicidad con nosotros mismos. Con nuestra piel, con nuestros defectos, con nuestras virtudes, con nuestras curvas, con nuestra arrugas, con nuestras historias… con lo que sea que esté contando nuestro cuerpo en ese momento, nuestras emociones… todo eso es belleza, todo eso es estilo propio. Y todo eso es la historia que tenemos que aprender a contar” 

Muchas de estas cosas pasan frente al espejo y frente al armario. Hasta hace bien poco, me reconocía a mí misma en ese “síndrome del vestidor” del que hablas y yo creo que muchas mujeres se ven desesperadas buscando qué ponerse y diciendo “¡es que no tengo ropa!”. Háblanos de ese síndrome del vestidor.

Es un síntoma clarísimo de nuestros tiempos, frutos de una sociedad súper consumista y fruto de que estemos desconectadas de nuestra belleza. Cuando este tema no está bien colocado, uno de los primeros síntomas es que compramos mucho y compramos mal. Nuestros armarios se acaban convirtiendo en una cosa muy distinta a lo que es un armario: se convierten en almacenes, lugares donde guardamos cosas que no usamos, lugares que manejan tiempos que no son el presente (futuro, pasado…), reflejos de cosas que no nos identifican… los armarios se convierten en algo extraño. 

“Creemos que si tenemos mucho, nos vamos a poder vestir mejor, porque es el mensaje que nos han repetido por activa y por pasiva durante muchísimo tiempo, y es mentira. La primera cura para ese síndrome del vestidor es reducir, es elegir, es quedarte solamente con las prendas que de verdad te estés poniendo, que de verdad te queden bien, con las que te identifiques, que utilices, y es recordar y descubrir que la conexión con tu belleza no sucede solo en el armario.”

Andrea Amoretti

Esto que hablabas de que tienes que elegir… claro, tienes que tener menos pero más escogido… esto nos lleva a comprar menos, y a comprar prendas que nos vayan a durar más, lo que en última instancia nos lleva a un armario más sostenible. ¿Qué otros atributos de una prenda crees que la harían más sostenible y una firme candidata a estar en nuestro armario?

Que te emocione, lo que te haga sentir esa prenda, la relación que tengas con esa prenda, las historias que te hace contar, honrar cada pequeña cosa. A veces pensamos que los armarios cápsula son neutros, sosos, aburridos, todos iguales… gris, blanco, beige, vaquero… y no, en realidad un armario cápsula es un armario en el que hay menos opciones y más elecciones. Más posibilidades de combinar, de aumentar la usabilidad de esas prendas, porque al final hacemos el 80% de nuestros looks con el 20% de nuestras prendas. Cuesta mucho trabajar ese minimalismo, y al armario cápsula o a esa filosofía no se llega de la noche a la mañana. Reducir todas esas opciones y quedarnos solo con lo que realmente usamos nos cuesta muchísimo. Creo que todo eso de la tendencia o de la novedad está ya pasado de rosca. 

Es más fácil tener un armario más reducido cuando tú misma estás comprando menos. Compras lo que realmente te gusta, te vas a poner, cuenta algo de ti misma y entonces es más fácil llegar a ese armario cápsula, que entiendo que tú tienes

Bueno, intento. Estoy en esa fase de acercarme a ese 20%, pero vengo haciéndolo mucho tiempo. Hay un armario minimal, cápsula, consciente o como lo quieras llamar para cada etapa de tu vida, y tienes que ser capaz de actualizar esa conversación en el momento en el que estás. 

Llevas un pañuelo en la cabeza y yo sabía que lo ibas a hacer, es algo muy reconocible tuyo, con lo que te identificas y ¿podríamos decir que es una prenda refugio para ti?

¡Sí! Es curioso cómo te perciben los otros y cómo te ves tú de puertas para adentro. Yo, aunque haya tenido mucha exposición por mi trabajo, soy una mujer sensible y bastante tímida, entonces para mí todo lo que va en la cabeza es refugio. Me da ese punto de seguridad/refugio y es otro de los conceptos alrededor de los que gira mi universo alrededor de la belleza y es todo lo que cuentan esas prendas refugio sobre nosotras. Son esas prendas que más se repiten en tu armario, que más a gusto utilizas y en las que tienes cierta tendencia a esconderte. Siempre hay una prenda que nos hace sentir a salvo, que dice mucho sobre nuestra personalidad, y que de alguna manera nos ayuda a proyectarla pero también nos ayuda a sentirnos bien.

Hablas de la importancia de la visibilidad para reconocerte también a ti misma, y no puedes ser visible sin tener una imagen propia… ¿tan importante es la imagen para una persona?

Innegociable. Nadie que “es” es invisible. No puedes ser si hay una parte de ti que se ha quedado ciega, tapada, y nosotros estamos diseñados de esta manera. La visibilidad de lo que somos es muy importante. Y sobre todo esa variedad. Que se vea originalidad, que se vea diferencia, que se vea lo que somos de verdad cada uno, y que aprendamos a movernos en un mundo con esa diversidad es altamente necesario. Necesitamos ser visibles de una manera más auténtica. Que no nos importe que se vea cómo somos, qué cosas nos definen, que nos podamos posicionar tranquilamente… A veces la visibilidad más difícil es la visibilidad con nosotros mismos. aceptarnos tal y como somos.

Y también lo hacemos de cara a los otros. El juicio de los otros forma un papel muy importante a la hora de vestirnos.

26.14. Hay dos realidades que hablan siempre: la suficiencia y la pertenencia. Pertenecer también es importante para la identidad. Con qué cosas te identificas, con qué personas te quieres mezclar, qué cosas hablan de nosotros mismos… Es importante utilizar a los demás como espejo en positivo y en negativo, pero muchas veces las personas que nos rodean o lo que dicen los demás de nosotros nos ayuda mucho a ver cosas que nosotros mismos no vemos, porque nos tenemos muy cerca. Los demás son espejos muy buenos, pero tenemos que saber cómo utilizarlos.

¿Las mujeres somos juzgadas con más severidad por nuestro aspecto?

¡Muchísimo! Todos estamos sometidos a la tiranía de la cultura de la imagen mal entendida y afecta también a los hombres, pero en nuestro caso hay discriminaciones de género muy claras sostenidas en el tiempo que afectan mucho a esa exigencia. Hemos sido muy manoseadas como género en ese sentido, muy limitadas, muy exigidas, muy instrumentalizadas… Esa conversación de género se cambia a solas también, y se cambien cada vez que una mujer se pone a los mandos de su propia conversación, porque incluye tu propia imagen y tu propia belleza.

¿Y los hombres? ¿Crees que se han metido a explorar esa propia identidad y esa propia belleza y que lo están expresando a través de la imagen?

Quiero creer que sí, porque quiero pensar que esta conversación tiene un punto esperanzador que es ese reequilibrio entre lo masculino y lo femenino. A los hombres se les ha negado su parte femenina y a las mujeres se les han impuesto muchas cosas de la parte masculina para que nuestra feminidad fuera solamente cómo encajaba en una sociedad diseñada a su medida y no a la nuestra. En la ruptura y en la nueva conversación  de género nos beneficiamos todos.

Ahora mismo nos encontramos en plena redefinición del concepto de belleza y un derribo de los cánones que durante mucho tiempo nos han atado sobre todo a nosotras… la raza, la edad, la orientación sexual, la talla y medidas, incluso la discapacidad… ya no son limitaciones para considerar bella a una persona. ¿En qué punto crees que estamos de ese camino?

Dando primeros pasos. El ser humano tiene una tendencia inevitable de irse al otro extremo. Tenemos que ser conscientes de que es un proceso que exige tiempo y exige espacio. A veces, la primera respuesta es revulsiva, irse al extremo contrario; el tema es encontrar el punto medio. Es un tema vulnerable, que todavía hay que mimar y atender de muchas maneras distintas.

Después de esta conversación tan inspiradora, no te pierdas el próximo episodio, en el que María Mérida y yo hablaremos de cómo encontrar tu estilo propio e intransferible. Como este tema está ligado a lo que hemos hablado Andrea y yo esta semana, no tendrás que esperar dos semanas para escucharlo sino una sola. Espero que te guste y que encuentres todos los ejercicios y consejos prácticos para usarlos tú misma o mismo, y además que te eches unas risas como siempre en nuestra compañía.

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