Cómo funciona el fast fashion, con Claudia Morera Peris

publicado en: Moda consciente | 0

¿Cómo funciona la industria de la moda rápida? ¿Cómo ha contribuido a que la moda sea considerada la segunda industria más contaminante del mundo? ¿Qué procesos hay detrás de cada prenda? Claudia Morera Peris, diseñadora que ha trabajado en fast fashion y ahora tiene su propia marca de moda, nos da las claves.

Si la industria de la moda se ha convertido en la segunda industria más contaminante del mundo, causante del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, de la destrucción de hábitats naturales para el cultivo de fibras textiles, de la contaminación de ríos y tierras por tintes, fertilizantes y pesticidas… y en una industria en la que el occidente rico vuelve a servirse de áreas del mundo en vías de desarroll para, obtener materias primas, fuerza de trabajo barata y dispuesta a trabajar en condiciones inhumanas, y despreocupándose de los terribles efectos que la producción de ropa a enormes volúmenes tiene sobre esos entornos que no tienen regulaciones medioambientales o estas son muy laxas, si hemos llegado a este punto delirante, en gran parte se debe a la moda rápida o fast fashion.

El capítulo de hoy es de los que más me ha costado hacer por la propia imposibilidad de encontrar gente que quisiera hablar sobre este tema. He perseguido literalmente por redes, por email, a través de contactos cruzados a muchas personas que trabajan o han trabajado en algún grupo textil o marca de moda o en consultoría sobre los modelos de negocio de moda rápida, todo ello sin suerte. La respuesta más sincera que he obtenido ha sido un “es que no puedo hablar mal de la producción en Bangladesh si yo misma doy clase sobre cómo se hace”.

Por suerte he dado con Claudia Morera Peris, una diseñadora radicada en Barcelona que trabajó en varias marcas de fast fashion y desde hace unos años tiene su propia marca de moda que podríamos considerar moda lenta, de producción nacional y bajo demanda, Rookie.

Quiero agradecerle a Claudia su paso adelante y que nos haya contado tantas cosas interesantes y que no sabía sobre el modo de operar del fast fashion, y me parece súper revelador su experiencia porque ella ha hecho la transición a una marca pequeña, casi artesanal, y vemos con mucha claridad las grandes diferencias entre producir moda de una forma y de otra, y también entre consumir ropa de modo rápido o lento.

Vamos a escuchar esta conversación, que va arrojar luz sobre todo el proceso detrás de cada prenda que llega a las tiendas donde seguramente compres la ropa, y luego te hablaré yo de algunas otras cosas que es necesario desarrollar.

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Me interesa mucho tu experiencia de pasar de trabajar en marcas de moda rápida a crear tu propia marca de moda lenta (bajo demanda, ropa personalizada, producción en España…) ¿Cómo ha sido el cambio?
Yo lo vi mucho cuando pasé de trabajar en Brownie, que sí que hacíamos colecciones mucho más rápido, a Lydia Delgado, que había un taller inhouse, eran dos colecciones al año, estaba todo muy pensado, no tanto enfocado a ventas sino más a lo que la diseñadora – que en este caso no era yo, era Lydia – quería y su visión. Y a mí me gustó mucho esa manera de trabajar de que cada prenda fuese tan especial, y además hacían vestidos de novia que eran súper personalizados. Yo en mi vida soy un poco bipolar y por un lado he estudiado moda y he hecho cosas de moda y por otro lado he trabajado en carreras de motos, llevando la comunicación de pilotos y equipos. Y claro, yo estab allí y pensaba “jo, yo quiero hacer esto, yo quiero hacer trajes. La ropa de chico me gusta mucho y es una ropa que tiene que ser como más sutil seguramente que la de chica – los chicos van como más conservadores – y yo veía que cuando llevaban los trajes de motocross iban de rosa, iban de verde, con cosas mucho más llamativas que en su día normal. Busqué la manera de poder hacerlo y tampoco tenía yo los recursos para decir “venga, 100.000 € para hacer una súper marca de esto”. Invertí en hacer unas muestras y dárselas a un piloto para que las probara y ahí en el boca a boca fui a más. Tengo unos diseños de producción que no están producidos, solo los he diseñado y ya está, y entonces a mí me viene un piloto, alguien que hace endure o motocross y me dice: “me gusta pero lo quiero en otro color” pues se le cambia el color o el nombre… si tienen sponsors, que muchas veces les ayuda un taller de no sé qué, pues le pones el logo que él quiera y ya está. Y por ejemplo, lo último que he hecho es para un cliente que se ha comprado una moto muy concreta y quería un diseño para esa moto. La moto es una Ténéré, que es una moto de Dakar para entendernos entre los que no controlamos, y el Ténéré es un desierto que está dentro del Sáhara entonces busqué información, hice el mapa topográfico de unas montañas que hay en ese desierto, le puse unas coordenadas de un árbol… bueno, una paranoia, y ha quedado bien. Para mí eso es mucho más gratificante (aunque en este caso tenía un briefing de lo que quería el cliente, que quería esto para esta moto), pero tengo mucha más libertad porque no respondo a una tendencia de “ahora se llevan las margaritas”.

O sea, que le metes más creatividad y de los que tú estudiaste y te formaste. Le metes más diseño también.
Sí, le meto libertad, porque no vas tan guiado en que tiene que gustarle a un target concreto lo que tú vas a hacer. Es más libre y es más creativo. Yo esto lo hacía en paralelo a mi trabajo normal, era como un hobby casi y era como una forma de poder crear de manera libre sin tener que pensar en vender. Porque al final, los diseñadores y las marcas no quieren crear y ya está, lo que quieren es vender, porque tú puedes hacer algo bonito, pero lo que necesitas es dinero.Hacer esto de Rukie, pues no me he hecho rica pero he podido darle una salida a mi creatividad que estaba reprimida porque tienes que obedecer a otras leyes que no son las de la creación. 

Pero eso ya es un éxito, ¿no? Poder dedicarte a lo que te gusta, a tu pasión, y además poder vivir de ello. Eso ya es éxito en sí mismo, aunque no te hagas rica o seas la mayor vendedora del mundo y la más conocida, ¿no?
Claro claro, yo soy feliz haciendo esto, que hoy en día es bastante complicado ser feliz trabajando. Yo misma he dejado hace poco la última empresa en la que he estado porque no me hacía feliz lo que estaba haciendo y ahora voy buscando mi camino y siempre he hecho esto y lo voy a seguir haciendo porque me mola.

Qué guay. Luego te preguntaré cómo lanzaste tu marca, pero te quería preguntar para empezar a hablar de moda rápida: ¿Cuál era tu rol en estas marcas de fast fashion?
Yo era diseñadora. Cuando estaba en fast fashion yo era junior, es decir en mi experiencia tampoco había grandes equipos creativos ni teníamos grandes estadísticas detrás de guiarnos mucho a lo que teníamos que producir. Sí que tenías intuición, en verano hacías tirantes, vestidos de verano y tal, y en invierno sabías que tenías que hacer jerseys, pero el proceso era un poco que primero elegías los materiales, los colores… y cuando ya tenías los materiales y una carta de colores, de ahí más o menos ibas sacando los volúmenes y lo que tú querías hacer. Los posicionados, las aplicaciones, lo que fuese. Así vas acotando cada vez más a la prenda que tú vas a hacer. Dices “voy a hacer un jersey” y tienes que hacer de cuello redondo, de cuello pico… y ahí vas formando tú la colección.

O sea, que tú tenías por un lado unas directrices de la marca y por otro, una hoja de ruta que tú te marcabas. Pero ¿cómo era el proceso más allá de esta parte tuya creativa? ¿Cómo era el proceso de creación de una colección dentro de estas marcas?
Hay dos casos, puede ser que tú in-house tengas una patronista, un equipo para que te desarrolle la muestra o que tú tengas unos proveedores que son la fábrica, por así decirlo, y te reúnes con esta gente y les dices lo que quieres. Entonces te dan una primera muestra con el material que les has dado y las indicaciones que les has dado en una ficha técnica. Es hacer un dibujo y marcas para ver cómo lo quieres de volumen… pues eso, cómo quieres el cuello, cómo quieres las mangas, si quieres que sea ancho, si quieres que sea estrecho… El look&feel de la prenda. Entonces ellos vienen con la primera  muestra y tú haces un fitting, a ver cómo queda puesto. Y dices “esto lo bajo de aquí, lo abro de allí” y con la primera muestra hecha trabajas y se hacen unos cambios. Y este proceso de muestra contra muestra es hasta que tú tengas la prenda final. Puede ser que a la primera tengas un montón de suerte, esté todo perfecto y como tú te imaginabas, o puede ser que tengas que hacer tres muestras o cuatro. Esto implica tiempo y dinero, porque cada muestra ya no es solo el dinero que cueste la muestra en sí, sino que este proceso de repetir, repetir, repetir te alarga en el tiempo el proceso de diseño y luego de producción. Y cuanto más alargues el día que te va a llegar la producción es dinero que dejas de ganar también. 

Y es que en la moda rápida se funciona con unos plazos de entrega súper estrictos porque claro, hay unos tiempos muy acotados entre que se tiene que idear la colección y que tiene que estar en tienda, ¿no?
Correcto. Hay marcas que lo tienen mucho más estudiado y también depende de la estructura y la logística que haya detrás de la marca. Un gigante como cualquier marca de las de Inditex esto lo tendrá ultra mega estudiado y tienen que ser mucho más rigurosos con los plazos porque también toda la infraestructura y la estructura que hay detrás es mucho más grande. Una marca más pequeña pues igual ahí tiene un poco más de flexibilidad, no es tan drama si una cosa llega un poco más tarde, aunque tú intentas preverlo, siempre pueden pasar cosas que no dependen de ti. Por ejemplo, esto que pasó en el canal de Suez que encalló un barco… eso puede pasarte y tú ahí no puedes hacer nada, tú has hecho bien tu trabajo y al milímetro pero siempre pueden pasar cosas, la nevada en Madrid… hay cosas que no puedes controlar.

Pero las cosas que sí que puedes controlar, esas están medidas al milímetro, ¿no?Y sobre todo como decías en estas multinacionales que tienen unos volúmenes enormes, y luego aparte que venden a todo el mundo, ¿no?
Claro, todo lo que hay que mover implica que cuanto más grande seas y más  volumen de venta tengas y más puntos de venta tengas, ganarás en agilidad porque ya tienes un know-how que ya sabes cómo van las cosas, pero tienes que tenerlo todo mucho más calculado, no puedes tener errores de este tipo. Yo sé que en Inditex tienen calculado si un camión sale una semana más tarde del almacén o lo que sea, tienen contabilizado el impacto económico que eso les significa. 

Claro, y el impacto económico sobre el precio de cada prenda, porque eso también está súper medido: cuánto tiene costar en fábrica, el proveedor, para luego calcular el precio final… Imagino que tenías unas directrices al diseñar la misma colección.
Sí, tú puedes saberlo más o menos, te dan más o menos información, pero tienes un “entre y entre” de lo que puede costar la prenda, porque tú sabes por ejemplo una camisa la vas a poder vender a 50€. Entonces para tú poder vender esa camisa a 50€ contando una serie de gastos que tienes que quitarle, te tiene que costar entre 10 y 12 euros. Si tú cuando la diseñas le pones unos botones que se te va a 15€, te dirán dos cosas: o que hay que venderla más cara, o igual el de ventas te dice “no no, tienes que quitarle cosas porque hay que venderla a 50”. Entonces tienes que cambiar tu diseño para poder entrar en ese precio y tener un precio de venta que entre los márgenes, en el parámetro que te han dado. 

Claro, porque se trabaja con venta, con comercial, súper estrechamente.

Sí bueno, depende de las empresas y de lo grandes que sean, tienes la información antes o después o tienes esta conversación, pero esto te puede pasar, que tú desarrolles un producto que es la hostia y te digan “sí sí, está estupendo, pero tienes que bajarle 5€ y me da igual de donde los saques” y tú tienes que mirar de rediseñar lo que has hecho sin que tu prenda o producto pierda su esencia, funcionalidad ni calidad, pero tienes que sacarlo de algún lado para bajar el precio.

Ostras, ¡esto es un encaje de bolillos!
Sí, es complicado. También puede ser que te digan: claro, tú cuando hablas con un proveedor, no es lo mismo hacer 100 que 100.000. Igual puedes mantener tu diseño pero tienes que aumentar el volumen de producción que hagas. Es como un cirujano, tienes que estar controlando 8.500 cosas porque sino se te muere el paciente. 

Bueno, para un diseñador, puedes perder esa parte de diseño y creatividad pero también te enseña esa parte de venta y de comercial y de procesos que a lo mejor tú ahora lo has agradecido al montar tu marca.
Bueno, yo con mi marca lo tenía muy claro y hoy en día la única persona que hago todo soy yo, desde el diseño del dorsal del tío a todo, foto de Instagram a tal, me he hecho hasta la web porque no tenía el dinero.

Has dicho una cosa que es clave en todo esto y es el volumen.
Claro, no tienes la misma fuerza con un proveedor. Es como si vas a un restaurante una vez al año, no es lo mismo que ir cada semana. Esto es igual, si te conocen saben lo que pides y les pides 100, te tratarán de una manera, si les pides 100 de 10 modelos, te tratarán de otra. 

Y no solo el volumen, sino la rapidez a la hora de sacar colecciones y cada vez más. El ritmo ha crecido cada vez más, de una forma que ya no sé ni cómo llamarla, endiablada, endemoniada, frenética, hasta un punto en que han echado el frenazo estas mismas marcas porque ya se les estaba yendo de madre, pero hay una cantidad de colecciones al año que es brutal, casi cada semana hay una nueva colección en muchas de estas marcas de las más grandes.
Sí, en Zara, en Inditex lo he mirado y reponen creo que son dos veces a la semana y traen producto nuevo. La prenda que llega a la tienda es la punta del iceberg. Si tu miras todo lo que está escondido se te va la olla, porque si vas tirando para atrás yo no sé cómo trabaja esta gente, pero trabajar así tiene que ser muy estresante, porque si sabes que cada semana tiene que llegar algo nuevo tienen que encajar todas las piezas muy bien, no puede fallar nadie en la cadena porque si falla alguien la lías. 

Es justo lo que intento con este podcast, ver todo lo que hay detrás, porque hasta antes de la pandemia la gente – sobre todo los más consumistas – iban una vez a la semana y entonces si siempre quieres ver algo nuevo, este es el ritmo al que nos hemos ido acelerando todos, consumidores y marcas.
Es un ritmo que no es real, que no responde a una necesidad real sino que es una necesidad que nos han creado. Nos han hecho creer que el mundo funciona así, y no. Es muy fácil si lo comparas con la comida: si tú vas al McDonalds cada semana es una cosa, si vas una vez al año es otra, cuanto más vas generas un hábito, y cuando tienes un hábito generado es más difícil salir de ahí. Yo veo que la gente en moda aún no está concienciada del todo. Cuando hagamos esa traducción de ser conscientes de lo que hay detrás y de lo que implica cada compra que hacemos, creo que el hábito de consumo va a cambiar más. Ahora con la pandemia yo creo que la gente ya ha empezado a ser un poco más consciente. O también cuando pasa algo heavy como con las fábricas como el Rana Plaza, ahí la gente toma conciencia de golpe pero se les olvida rápido, porque no ha profundizado bien en su cabeza de que si tú no estás pagando el precio de lo que estás comprando, alguien está pagando ese precio.

Efectivamente, y lo están pagando aparte del medio ambiente los trabajadores de esas fábricas que están deslocalizadas, porque claro, aquí se hará el diseño y las partes de ventas, comercial, distribución y tal, pero toda la parte de producción se lleva a cabo sobre todo en países del sudeste asiático. Y eso es algo que, al estar tan deslocalizado, es que no lo ves, está totalmente deslocalizado.
Correcto, este es un tema de trazabilidad de la línea de producción. Inditex por ejemplo hay cosas que sí que las producen aquí pero hay marcas que son muy opacas en cuanto a decirte dónde producen. Y otra cosa, aunque a ti te digan que producen en España, no tiene por qué ser súper sostenible todo, porque tú puedes comprar el material en China y eso no es muy sostenible. También hay marcas como Stella McCartney en las que tú vas a la web y eso lo tienen mega claro, te dicen exactamente todos los materiales que usan, de dónde vienen esos materiales… lo tienen todo como muy transparente. Pero claro, es una marca que tiene un nivel alto, que tiene una vocación ecológica muy marcada desde el principio, y que son muy transparentes en este tipo de cosas. Pero la mayoría de las marcas no.

¿Y tú crees que algo está cambiando en estas marcas a nivel medioambiental, a nivel laboral, o crees que todavía queda bastante? ¿Cuál es tu impresión?
Hay dos caras de esta moneda: sí que hay cosas que están cambiando, pero no te sé decir si este cambio responde a una revisión moral que han hecho estas marcas o si responde a una tendencia actual que es la de la sostenibilidad. Hay mucho greenwashing; hay muchas marcas que te dicen que esto es green y que es algodón orgánico y muy bien, estás haciendo algodón orgánico, pero no me estás diciendo dónde ni quién. Me quedo igual. Vale, contaminas menos y gastas menos agua, pero no me estás diciendo nada más. Que tú solo uses algodón orgánico es solo una pequeña parte de todo lo que involucra la producción: tus trabajadores dónde están, cuántas horas trabajan, cuánto cobran… 

O sea, la trazabilidad. Lo que necesitamos para analizar todo esto.
Sí, más transparencia. Tampoco es algo malo el Made in Bangladesh o en otro sitio, seguro que hay empresas que funcionan muy bien en todos los países. Hay certificados de calidad en los materiales como el REACH, que te dice que no hay metales pesados en ese material.Haría falta un certificado de calidad laboral, pero claro, esto también implica dinero, y tal vez estas fábricas no pueden pagar el poderse sacar este certificado o que no puedan cumplirlo, no porque no quieran, sino porque es exigente y los recursos son limitados y las marcas tampoco van a afrontarlo.

Ahora están saliendo un montón de certificados de este tipo, tanto en materiales como en ética laboral como en emisiones, y sí que es muy importante también que nosotros como consumidores lo pidamos, lo consultemos y también que nosotros nos eduquemos, porque hasta ahora ha sido como “ah, sí, qué bonito, pone sostenible, me lo llevo”, si es que lo mirabas…
Exacto, es como el ‘cruelty free’ en el maquillaje. En general sí que entendemos lo del cruelty-free, pero no nos preocupamos de los seres humanos que han participado en fabricar nuestra ropa. Nos da igual. No conocemos sus condiciones ni cómo trabaja. Que no estoy diciendo que todo el mundo en la industria textil esté esclavizado ni mucho menos, pero no lo sabemos. 

Bueno, nos hemos desviado un poco de una cosa que te quería preguntar… Dentro de las colecciones, están los básicos, las prendas flagship, los best seller… ¿cómo se usan para competir entre marcas?
No sé si te puedo responder, depende del tamaño de la marca. Si tienes una marca grande, tienes unos ciertos inputs a nivel de ventas que sabes qué es lo que se vende, qué no se vende, tal, y en función de estas ventas vas a hacer tu producción. Si te dicen que los abrigos largos no se están vendiendo y los abrigos de lana cortos sí, vas a enfocarte más a lo que sabes que se ha vendido, porque tienes una información y en base a ella vas a hacer tu colección. Y también sabes qué prendas va a mover más marketing. Por ejemplo, una prenda que tenga un claim y que la vayan a usar en todas las campañas tampoco tiene por qué ser la más vendida. En high fashion hay prendas que las utilizan para el shooting y eso luego no está en tienda. 

Me estoy acordando de un perfecto de cuero que era de poliuretano…
¿la chaqueta amarilla?

Sí, que puso de moda la vecina rubia… claro, es que este es el tema también: influencers. Y claro, se dispararon las ventas brutal, y es que nunca sabes lo que va a ser un éxito… el trabajo con influencers, redes sociales, tal, también debe ser muy fluido, ¿no?
Sí, pero el caso de la vecina rubia fue totalmente accidental, porque no colabora con marcas. Ahora ha sacado una colección con Bimani 13 pero no trabaja con Zara. Fue una casualidad que compró eso y lo petó, como todo lo que toca. Pero no fue una intención de Zara de decir “vamos a potenciar esta chaqueta”. Y puedes tener el músculo industrial para responder y decir “vamos a hacer más chaquetas de estas que son las que se venden, no tenerlo, o decidir que lo tienes pero que no lo quieres hacer.

Y sin embargo, sí que hay ciertas cosas que están marcando este ritmo de la moda rápida. Hemos hablado de influencers y ¿qué más crees que puede estar influyendo en ese ritmo tan rápido de la fast fashion?
Claro, aquí hay casualidades. Con el Black Lives Matter todas las marcas reaccionaron en algún sentido, ya fuese creando alguna prenda o haciendo alguna acción de comunicación posicionándose en este tema.

Sí, porque ahora parece que tienen que posicionarse en todos los temas, que tiene que ser algo vivo, reactivo, al ritmo de las tendencias y de lo que está pasando en la calle.
Porque tú visualizas una marca como si fuese una persona, y tienen nombre de persona aunque no exista: Chanel, Dior, eso es un símbolo y simboliza una serie cosas. Por ejemplo, ahora Dior es otra cosa a la que era cuando empezó, es la primera vez que hay una mujer al frente, Maria Grazia Chiuri, que es la que ha lanzado la camiseta de “The future is female” y está haciendo una revolución muy feminista que es un mensaje que Dior no tenía. ¿A qué responde esto, a un atendencia que ya venía de años, a que ella como diseñadora tiene esa visión? No lo sé porque no trabajo en Dior, pero lo que sí que está claro es que algo ha cambiado en esta marca y se ha subido al carro feminista como tantas otras marcas.

Y tanto, es un carro al que se han subido todos… ¡También el de la sostenibilidad! Si antes hablábamos de greenwashing, podríamos hablar de femalewashing.
Exactamente, y por qué lo hacen, ¿se han apuntado a una tendencia o es algo en lo que creen?

Lo que decías de ‘Future is female’ salía en muchas marcas de moda rápida y nos hace ver la retroalimentación de la high fashion con la fast fashion, todas las marcas que copiaron este claim que han reproducido hasta el infinito y todas tienen la camiseta. Se ha acusado también a la moda rápida de copiar inspiración y tendencias de la high fashion, de las pasarelas de grandes marcas de lujo… ¿cómo trabaja la fast fashion con la high fashion?

Tú tienes una serie de marcas que no son la tuya pero que te gustan, que en branding se llaman ‘marcas faro’. Y luego hay empresas que se dedican a capitalizar las tendencias, por ejemplo Pantone, que marca los colores del año. Este año, todos locos con el yellow de la esperanza y el grey. Luego hay otras empresas – la más importante es WGSN – que se dedica a analizar tendencias. Tiene unos cool hunters que dicen: “este año se va a llevar el estampado de cebra psicodélica”. Las marcas tienen cuentas en esta plataforma que tiene un montón de recursos. ¿Por qué a veces las marcas hacen cosas muy parecidas? Porque todas tienen la misma fuente de inspiración o de información.

Que son como la fórmula del éxito asegurado.
Claro, no es que siempre se copien entre ellas, sino que leen el mismo libro.

Es verdad, que a veces te preguntas “pero si hay lo mismo en todas”, y claro, de ahí lo sacan. Qué interesante lo que me estás contando… ¿Tú crees que estos grandes mastodontes textiles como Inditex, el grupo H&M… pueden cambiar su modelo de negocio para hacerlo más sostenible?
Partiendo de la base que lo más sostenible sería no comprar nada, pero eso no lo vamos a hacer, porque aunque tengas toda tu alma sostenible, vas a tener que comprar algo de ropa, a no ser que seas nudista… pero es así. Todos participamos de esta rueda. Tú cada vez que vas a comprar tienes que pensar que estás votando. Si tú te compras un abrigo de piel animal que le han arrancado a un zorro, estás fomentando que eso siga. En cambio, si decides no participar de eso y comprar una alternativa sintética, estás desviando tu consumo de una piel que está hecha de una manera a otra que está hecha de otra. Que también tiene un impacto ambiental, pero ahora no entraremos en eso. 

Bueno, pero puede ser un tipo de piel que sea sintética pero creada con ciertos elementos naturales…
Sí, sostenible y todo lo que quieras…

Que no sea plástico, vamos, que no sea esa ‘piel vegana’ que al final es plástico.
Exacto, no es plástico, no ha muerte ningún animal y todos son felices. Esa piel perfecta que no creo que exista. Pues si tú compras esa y no la otra, la industria va a reaccionar: “ostras, que no estamos vendiendo la piel del zorro sino la otra”. ¿Qué van a hacer las marcas? Pues apostar por la otra. Esto es lo que va a ir cambiando la industria, en moda y en cualquier otra cosa.

Y ahí es donde aparecéis las marcas pequeñitas, locales, con producción local y a demanda, que intentáis usar materiales lo más sostenibles posible…
Sí, y estas marcas nos hemos imaginado que el consumidor valora estas cosas. Que no es real, la mayoría de la gente ni lo mira porque no es una preocupación que tienen de momento. En el caso de mi marca, yo hago un producto muy muy determinado que son trajes de motocross y de endure. Es un pantalón muy concreto que básicamente tiene que ser cómodo y durar mucho, porque es un deporte muy exigente que te rozas con ramas o tienes que apretar un montón la moto y se rozan por la parte interior de la rodilla. Yo lo he ido reforzando para que dure. Y lo que me diferencia de un pantalón que ha hecho una marca enorme en uno de esos países del sudeste asiático es que el mío dura más. Está hecho aquí y es exclusivo. Pero tampoco te pienses que hay una diferencia de precio tan mega grande. La diferencia es que unos tienen una infraestructura detrás y un presupuesto de marketing que yo no tengo, y unos márgenes de beneficio. Pero la gente además, a no ser que quieran algo muy único y muy especial, si tú ves al Messi del motocross llevando una marca X, es más fácil que quieras esa marca X que no que te compres mi traje. 

Sí, hay muchas cosas detrás, también tecnología.. pero ¿cómo hiciste para lanzar tu marca, en la que eres mujer orquesta, qué pasos diste?

Pues lo primero fue la inquietud de decir “vale, yo quiero hacer esto”. Me moví, busqué la manera de hacerlo… tampoco te voy a decir la clave de mi éxito.

Tranqui, ¡no queremos que te copien!

Si ya me ha pasado, siendo una marca pequeña ya me ha pasado o sea, aquí la ética de cada uno. Encontré un taller que era capaz de hacer este tipo de prenda tan técnica y tan concreta y tan exigente y sigo trabajando con el mismo taller desde hace 6 años. Diseño encima del patrón, que he ido desarrollando y cambiando un poquito para que cada vez sea algo mejor, le mando el diseño al taller, ellos lo subliman (lo imprimen) y lo confeccionan.

O sea, que tuviste que crear tu propia empresa, hacerte tu propio plan de negocio, buscar la financiación… hiciste todo esto tú solita.

A ver, si te soy súper hiper mega sincera, al principio fue un poco “a ver qué pasa”, vamos a hacer 3 trajes y ya está. No hubo tanto pensamiento detrás. Y luego ya viendo que era viable, me puse más en serio. Yo lo hacía paralelamente a un trabajo de 8 horas al día, así que llega un momento en que tienes que elegir si dormir o hacer esto. Y necesitaba dormir y tener vida. Y lo vas dejando un poco de lado, porque si es una cosa que te requiere mucho tiempo y mucho esfuerzo y económicamente no tienes esa recompensa, lo vas dejando de lado porque tienes que dar más input a lo que te da más dinero, porque sino no puedes vivir, es así de sencillo. Y ahora he tenido un parón vital, esta epifanía que ha tenido mucha gente, pues yo también. Dejé mi trabajo normal de 8 horas y dije “voy a hacer otras cosas”. Y una de ellas ha sido reactivar Rookie, que una vez puse en Instagram “cierro, no puedo más con mi vida” y me quedé tan ancha. Pero había algo dentro de mí que decía “no no no, no te puedes rendir”. Así que aprendí a hacer webs, me he hecho la web, y he ampliado el producto: ahora, aparte de trajes de motocross, hago también trajes de paddock. Te puedes comprar una sudadera con tu nombre y tu dorsal – siempre personalizado, a mí me mola lo de personalizar. Tengo unas bases, por ejemplo si tú tienes una moto de una marca por ejemplo KTM, y te llamas noséqué y tienes el dorsal 23, pues me mandas lo que quieres y yo te hago tu sudadera con tu dorsal en el porta números de la moto.

¡Qué guay! Claro, una forma de diferenciarse es hacerte un hueco en un nicho, es una forma de hacerte tu propio nombre y tu propio estilo. Me alegro mucho de que hayas encontrado la fuerza para tirar abajo ese post que pusiste en Instagram…

¡Sí sí, lo borré!
Pues muy bien, me alegro mucho y espero que vaya genial y muchísimas gracias Claudia por este ratito que hemos hablado, que ha sido súper iluminador, y has respondido a muchas preguntas, y te deseamos toda la suerte del mundo con Rookie.

Nada, gracias a ti.

Qué maja es esta chica, qué buen rato pasamos y qué buena gente existe en esta industria, con ganas de hacer las cosas bien y producir valor de una manera ética.

Pero lo cierto es que en todos los grupos textiles que como te digo he perseguido durante meses, me han dado largas o me han dicho que no: Inditex, Mango, H&M…yo  quería saber cuáles eran sus planes con respecto a la sostenibilidad, un ‘valor’ entre comillas que ahora vemos en sus webs, en sus campañas en medios, en las colecciones que han sacado tipo conscious, eco, green, bio… para mostrar su compromiso con una moda que deje de ser la segunda industria más contaminante del mundo. Pero no han querido hablarme de estas campañas ni de este compromiso, por lo que no podremos escucharlo en este podcast y tendréis que seguir yendo a sus webs si os interesa el tema para tratar de trazar el camino de vuelta de las prendas que véis en la mayoría de las tiendas hasta las personas que las hicieron, la producción de la fibra textil y la fábrica o taller donde fueron confeccionadas, si es que lo conseguís… esto de la trazabilidad, que solo se consigue con transparencia y mucha, mucha información, es lo que más necesitamos como consumidoras y consumidores a la hora de hacer nuestra decisión de compra. 

Estas negativas me remiten a las acusaciones de greenwashing que se les adjudica a estos grandes grupos textiles. Greenwashing quiere decir un lavado de cara verde falso, es decir, donde antes había una industria contaminante que no se preocupaba por el medio ambiente ni las personas, hacemos una buena campaña de relaciones públicas, lanzamos una colección ‘eco’ fabricada con algodón orgánico, tencel y poliéster reciclado, y ponemos en marcha un programa para el desarrollo de trabajadoras de fábricas textiles en Myanmar, por ejemplo, y ya somos una empresa súper responsable y humana.

Se me ha encendido la bombilla al hablar de esas camisetas “future is female”, el futuro es femenino, y que luego se denunció que en una gran mayoría estaban fabricadas por mujeres y niños en fábricas en condiciones deplorables. Pero claro, esto no lo podíamos saber como consumidoras que acabábamos de ponernos nuestras gafas moradas y de descubrir que era posible ser feminista y no morir en el intento, y que incluso estaba de moda. 

Y es que solo tomando en nuestras manos la responsabilidad de a quién compramos podremos cambiar nuestra propia manera de consumir moda… porque del consumo, de la demanda, nace la producción, la oferta. Para que la fast fashion y el low cost crecieran hasta fagocitar casi todo el mercado de la moda, forzando procesos cada vez más rápidos y abaratados, precios cada vez más tirados y colecciones cada vez más frecuentes con mayor volumen de prendas, era necesario crear esa masa de consumidores ávidos de comprar cada semana ropa que se le pareciera muchísimo a las últimas novedades que veían no ya en pasarelas, sino en redes sociales y en los famosos. Es decir, la moda rápida y la moda ultra barata no existiría sin un gran público de clase media y media-baja que quiera consumirla, que viva en la ilusión de la abundancia y de seguir la moda, y sin el marketing para crear el deseo por esos productos y la justificación para estar comprándolos sin parar.

Pero no nos engañemos, es verdad que “people have the power” y como consumidores podemos votar con nuestra compra, como vimos también en la serie sobre alimentación, pero tampoco podemos desplazar toda la responsabilidad al consumidor, de la misma manera por la que no todos los espectadores ven Sálvame, tertulias políticas y telebasura porque eso sea justo lo que quieren. A veces, la propia industria proporciona formatos, materiales y mensajes que le interesa que el público consuma, y a fuerza de marketing, hacen que creamos que realmente es eso lo que queremos. Porque ya sabéis, interesa mucho más producir en países donde los trabajadores no se quejen y acepten salarios de miseria, interesa mucho más confeccionar usando poliéster y viscosa que otras fibras textiles que son más caras de producir y de procesar. Al mercado le interesan las cosas como están, y por eso también deben existir regulaciones y certificados que sirvan de palanca para lograr una industria textil que impacte muchísimo menos en el medio ambiente y cuyos trabajadores reciban un salario justo con unas condiciones laborales dignas. 

Pero todo esto ¿cómo empezó? Pues este proceso de deslocalización, aceleración y abaratamiento de la moda llega hasta los años ‘60 del siglo pasado con la creación del consumo de masas…

Pero la que realmente puso a España en el mapa de la industria textil y a la cabeza de la moda rápida fue Zara, creada por un sastre gallego que hoy en día sigue siendo un gran misterio: Amancio Ortega. Zara comenzó en 1975 en A Coruña ofreciendo prendas similares a las de alta gama pero a bajo precio, lo que fue un exitazo y la marca abrió tiendas en todo el territorio. Durante los años 80,  Amancio Ortega creó el concepto de ‘moda instantánea’ reorganizando el diseño, la fabricación y el proceso de distribución para reducir los plazos de entrega y reaccionar a las nuevas tendencias más rápido para hacer que hubiera una nueva colección en tiendas cada semana en vez de cada 3 meses. Además, introdujo tecnología innovadora como chips para comprobar el stock fácilmente y grupos de diseñadores en vez de uno solo. Y de ahí, a todo el mundo en una aceleración espectacular. Comenzaron a surgir otras marcas como Oysho, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius, Zara home… y se constituyó el grupo Inditex, uno de los más poderosos del mundo. 

La regulación que causó que este modelo de negocio se catapultara fue el Acuerdo Multifibras que entró en vigor en 2005 y que acababa con el proteccionismo del anterior acuerdo firmado en 1974. El nuevo acuerdo liberalizó estas condiciones, y dio lugar a la deslocalización de los centros de producción primero a China y luego a países del sudeste asiático, con lo que los costes se abarataron y los precios bajaron. Además, cerraron cientos de fábricas y pequeños talleres textiles en toda Europa, por ejemplo en Arteixo, donde se había concentrado la producción para las marcas de Inditex. Te dejo en la web el documental Fíos Fora, que habla de esto.

En 2010 se abrió la tienda online de Zara, y el ecommerce comenzó a ser cada vez más importante en el modelo de negocio, cada vez reduciendo más costes y plazos de entrega y precarizando la distribución.

Y así, llegamos a 2013, cuando un complejo textil llamado Rana Plaza en Savar, un distrito de Daca, capital de Bangladesh, se vino abajo tras avisos y denuncias de los trabajadores que habían visto grietas profundas y que fueron ignorados. Murieron 1134 personas ​​ y otras 2437 resultaron heridas.​​​​​ La tragedia evidenció la cara B de la fast fashion, las condiciones de miseria en las que trabajaban estos trabajadores: las fábricas se desentendieron de las víctimas y los clientes que compraban a esos proveedores se esfumaron. Un clamor se elevó en la opinión pública, y comenzaron a surgir documentales sobre cómo los ríos bajan del color tendencia de cada temporada en algunas regiones de China, sobre cómo los trabajadores se intoxicaban con los metales pesados que componen algunos tintes, sobre acoso sexual y laboral a mujeres en fábricas textiles en Bangladesh, Lesotho o Marruecos…

La concienciación con este tema ha crecido muchísimo en estos años junto con los informes sobre cómo esta producción y consumo desaforado de ropa afecta al medio ambiente y el surgimiento de una nueva generación de ecologistas, sobre todo los más jóvenes, y las marcas de moda rápida lo saben, por lo que han creado departamentos de sostenibilidad y han empezado a asumir que deben cumplir con certificados ambientales y exigir ciertas condiciones para los trabajadores de sus proveedores, además de otros gestos con el packaging y otros aspectos de la cadena.

Sin embargo, el desequilibrio de este sistema para los eslabones más frágiles se puso de relieve el año pasado al desencadenarse la pandemia y caer las ventas de moda en un 80%. Las grandes marcas de moda simplemente cancelaron sus pedidos a los proveedores en todo el mundo, lo que hizo que estos despidieran a las trabajadoras, ya que en un 80% son mujeres jóvenes con hijos a su cargo, y estas se quedaran sin trabajo ni subsidio por desempleo o ayuda de ningún tipo. La campaña #PayUp del movimiento Clean Clothes puso la lupa sobre esta situación desesperada y está presionando a los grandes grupos textiles para que paguen indemnizaciones y firmen un acuerdo para garantizar una mayor seguridad económica para los trabajadores que confeccionan su ropa.

Bien, pues el capítulo de hoy ha acabado siendo muy muy intensito, pero lo cierto es que el tema se las trae y tampoco podemos aligerarlo demasiado… espero haberte aportado algo nuevo o al menos que este tema te haya interesado y creas que se debería examinar un poco más los efectos que nuestra propia compra tiene sobre la vida de millones de personas y de ecosistemas enteros en todo el mundo.

Nada más, como siempre muchísimas gracias por escuchar, por aportar, por escribirme a info@wanderlustpaula.com para sugerirme temas o decirme qué te parece el podcast; por ver más info, fotos y la transcripción del podcast en mi web, wanderlustpaula.com, por suscribirte a la newsletter o al podcast en la plataforma que quieras y dejarme tus estrellitas o votos que sabes que ayuda mucho a que siga haciendo esto, y por seguirme en Instagram donde me encontrarás como wanderlust.paula, en Twitter como @paulapauloska, o en Facebook donde publico como @podcastwanderlust . ¡Nos escuchamos la semana que viene!

BIBLIOGRAFÍA

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Lee el capítulo 1 (revisión histórica) del libro Armario sostenible de Laura Opazo. https://books.google.es/books/about/Armario_sostenible.html?id=YMLyDwAAQBAJ&printsec=frontcover&source=kp_read_button&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false 

La historia de ZARA https://tentulogo.com/zara-la-historia-de-la-marca-que-revoluciono-la-moda/ 

Fíos Fora https://vimeo.com/193701763 

El origen del ‘fast fashion’ https://fashionandbusinessreport.com/industria-de-la-moda/origen-moda-fast-fashion/ 

El Acuerdo Multifibras de 2005 https://www.wto.org/spanish/thewto_s/whatis_s/tif_s/agrm5_s.htm 

The High Cost of Our Cheap Fashion | Maxine Bédat | TEDxPiscataquaRiver https://www.youtube.com/watch?v=5r8V4QWwxf0 

Rookie:

Fast Fashion: el sistema de la moda que ha muerto, ¿qué ocurrirá después? https://www.vogue.mx/moda/articulo/fast-fashion-sus-desventajas-y-como-evitar-consumirla 

Inditex, un liderazgo mundial construido sobre la revolución de la moda rápida

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/05/31/companias/1559317901_448129.html

Zara y el problema de la ropa rápida y asequible https://www.dw.com/es/zara-y-el-problema-de-la-ropa-r%C3%A1pida-y-asequible/a-52168386 

La moda de consumo rápido llega para quedarse https://www.ie.edu/insights/es/articulos/la-moda-consumo-rapido-llega-quedarse/ 

Entrevista a Orsola de Castro, cofundadora de Fashion Revolution https://www.lacasaencendida.es/encuentros/entrevista-orsola-castro-cofundadora-fashion-revolution-11939 

Fashion Revolution: todo lo que debemos saber, por Orsola de Castro https://luxiders.com/es/fashion-revolution-2017-orsola-castro/ — hay equipos de Fashion Revolution en 90 países

Carry Somers y Orsola de Castro, fundadoras de Fashion Revolution, siguen empeñadas en que preguntes quién ha hecho tu ropa https://www.vogue.es/living/articulos/consumo-consciente-fashion-revolution-moda-sostenible-carry-somers-y-orsola-de-castro/40171

https://www.cutypaste.com/tag/moda-rapida/ la razón por la que compras tanto en ZARA — hablar con un psicólogo?

UNA GUÍA PARA SER EXPERTO EN LA MODA RÁPIDA https://read.luv.it/moda-rapida-sustentable-fast-fashion-guia-crisis-ambiental/ 

https://www.elplural.com/opinion/moda-rapida-colapsa-basura_228500102

INDITEX

https://www.zara.com/es/es/sostenibilidad-proveedores-mkt1456.html?v1=967751

https://www.inditex.com/es/un-modelo-sostenible/como-trabajamos/aprovisionamiento/trazabilidad

ultra fast fashion: https://www.instagram.com/p/CHLb8iMhAHQ/ 

greenwashing en H&M https://www.instagram.com/p/CFz0GOshfvo/

Convenio 190 de la OIT contra la violencia y el acoso en el trabajo https://www.ilo.org/dyn/normlex/en/f?p=NORMLEXPUB:12100:0::NO::P12100_INSTRUMENT_ID,P12100_LANG_CODE:3999810,es 

El secreto sucio de la moda: cómo las agresiones sexuales se apoderaron de las fábricas de vaqueros (The Guardian — en inglés) https://www.theguardian.com/news/2020/aug/20/fashion-industry-jeans-lesotho-garment-factory-workers-sexual-violence 

El Me Too de Bangladés se esconde en las fábricas de explotación laboral (El País) https://elpais.com/elpais/2019/10/31/mujeres/1572515419_571270.html 

MÚSICA

Perls by MusicParadise
Link: https://filmmusic.io/song/5066-perls
License: https://filmmusic.io/standard-license

On Fire by Sascha Ende®
Link: https://filmmusic.io/song/5147-on-fire
License: https://filmmusic.io/standard-license

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