¿Ropa hecha a partir de basura reciclada? El caso ECOALF

publicado en: Moda consciente | 0

La ropa hecha a partir de desechos como botellas de plástico, redes de pesca o posos de café ya no es una rareza en la industria textil, pero suponía una revolución hace 10 años, cuando nació la marca española ECOALF. Hablamos con Carol Blázquez, directora de innovación y sostenibilidad en ECOALF, sobre la tecnología y el alma detrás de estas propuestas que no extraen recursos de la Naturaleza.

Voy a empezar por hacerte unas preguntas: ¿Te pondrías un impermeable hecho con botellas de plástico y posos de café? ¿Confiarías en la calidad de una mochila fabricada con redes de pesca que ya no se usan? ¿Comprarías unas chanclas compuestas de neumáticos reciclados? ¿Y una camiseta hecha con algodón de otras camisetas, o un jersey confeccionado con la lana de bufandas viejas?

Dicho así, a lo mejor te da por pensar que esa mochila parecerá un tinglado con aspecto de redecilla bastante desgastado… o que ese jersey es poco menos que un patchwork de bufandas con pelotillas… o que esas chanclas son negras, huelen a asfalto y de cómodas tienen más bien poco. Vamos, que igual piensas que hablamos de vestirnos con basura.

¿Y si te digo que la basura en realidad no existe, que es un invento humano, y que todo lo que nosotros desechamos es en realidad una mezcla de materiales que pueden ser transformados para darles una nueva vida? Tranqui, que no estoy intentando engañarte.

Verás, la moda sostenible de verdad es la que sigue los principios de la economía circular, en la que nada se crea ni se destruye, sino que cualquier material o recurso está dentro de un ciclo infinito y vive todo tipo de transformaciones. Esto lo vimos en el capítulo sobre moda circular, que tal vez te interese escuchar si no lo has hecho ya. Los materiales reciclados gracias a tecnologías cada vez más afinadas y avanzadas, de inversión cada vez más barata para las marcas y que tienen menos emisiones y utilizan menos recursos, cada vez se usan más en la ropa que todos podemos comprar. 

Como ya hablamos en el anterior episodio sobre los textiles que son más sostenibles, las fibras recicladas a partir de ropa ya creada de lana o algodón, por ejemplo, o de otros materiales como las botellas de plástico, las redes de pesca o los neumáticos, están solo un escalón por debajo de la ropa de segunda mano, es decir, la que ya existe, cuando hablamos de sostenibilidad.

Y de eso quiero hablar hoy: de cómo narices se puede convertir un montón de botellas de plástico y unos posos de café en unas zapatillas deportivas. Nos lo va a contar una experta en la materia: he invitado a Carol Blázquez, directora de innovación y sostenibilidad en ECOALF, una marca española fundada hace 10 años por Javier Goyeneche, que es la primera marca de moda sostenible española certificada B Corp. Para quien no lo sepa, la certificación B Corp se otorga a las empresas que utilizan sus capacidades para contribuir a resolver problemas sociales y medioambientales.

Vamos a hablar de los avances en tecnología textil que han convertido a Ecoalf en referente en la lucha por una transición hacia la moda circular, sobre cómo utilizan la fundación ECOALF para limpiar los océanos de basura que luego utilizarán en sus prendas, y sobre cómo la ropa vieja que dejas en buzones en tiendas de moda rápida no se utiliza precisamente para hacer nueva ropa, sino que lo más probable es que se incinere o se convierta en otros productos, mientras tú te sientes bien y la marca te da un bono descuento que tú utilizas para comprar ropita nueva en esa misma marca. Quédate, que esto te puede interesar.

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Entrevista a Carol Blázquez, directora de innovación y sostenibilidad en ECOALF

Carol Blázquez es una diseñadora con una larga experiencia en el mundo de la moda: ha trabajado en empresas como Inditex, Gocco o Jocomomola. En 2010 decidió dar un giro a su carrera profesional dentro de la moda y centrarse solo en moda sostenible. Entonces comienza a trabajar con Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf, como directora creativa. En estos momentos es la responsable del departamento de Innovación y Sostenibilidad para que estos dos valores formen parte del ADN de todos y cada uno de los procesos y proyectos de la compañía. Forma parte, asimismo, de la Fundación Ecoalf, que ha desarrollado el proyecto de limpieza del Mediterráneo Upcycling the Oceans.

Comenzaste diseñando prendas y ahora eres el cerebro detrás de los nuevos procesos, materiales y formas de obtener los tejidos en ECOALF, y precisamente los tejidos reciclados están en el corazón de vuestra propuesta. Cuéntame en qué consiste esta propuesta y esta misión de ECOALF.

Esta propuesta es solo una detrás de ECOALF. Es cierto que se nos conoce mucho por toda la parte de los materiales reciclados, pero al final ECOALF se caracteriza por tener la sostenibilidad en el ADN de la compañía y ese es un poco mi trabajo, el ser la guardiana del ADN de la compañía. Y una de las cosas que están dentro de mi departamento es el desarrollo de los materiales. Y no es casualidad que fuese justamente por esto por lo que empezamos hace 10 años la marca. Cuando tú analizas el impacto medioambiental de una prenda, aproximadamente el 30% tiene que ver con la selección del material de origen, qué se selecciona y cómo se ha procesado; cómo se ha transformado desde que era una materia prima hasta que se ha convertido en una fibra, en un hilo y en un tejido. Cuando nosotros empezamos, el principal objetivo de la compañía era hacer moda de una manera mucho más responsable y basándonos principalmente en minimizar el consumo de los recursos naturales, intentar reducir al máximo el consumo de esos recursos naturales y utilizar solamente lo que fuese realmente imprescindible. Nos dimos cuenta de que efectivamente, todo lo que es la materia prima en la moda convencional siempre proviene de la Tierra, porque al final las prendas que más utilizamos si hablamos de una prenda que está hecha de algodón, el cultivo del algodón se lleva el 2,6% del agua potable del planeta, por ejemplo. Y en el caso de todos los materiales sintéticos, de toda la prenda exterior que usamos a diario, proviene directamente del petróleo. 

Si nosotros éramos capaces de hacer el mismo tipo de tejido y sobre todo con la misma calidad, pero en vez de partir de esa explotación del terreno y de los recursos naturales, lo podíamos hacer dándole una segunda vida a los residuos, eso era un poco lo que nos planteábamos cuando empezamos la marca. Y así fue, empezamos trabajando con el poliéster reciclado, que al final se hace a partir de las botellas de agua, y a día de hoy tenemos poliéster reciclado de botellas, tenemos naylon reciclado que viene de desechos de fábricas o de redes de pesca, tenemos neumáticos con los que hacemos la suela de las chanclas, tenemos algodón reciclado, lana reciclada, utilizamos posos de café para las propiedades técnicas de algunos tejidos, y este es un poco el material favorito. Cuando el equipo de diseño se pone a trabajar las colecciones cada temporada, partimos de la base de que siempre que el material pueda ser reciclado, utilizaremos el reciclado y nunca el virgen. De hecho, los materiales vírgenes están prácticamente prohibidos dentro de la compañía.

Esto requiere una gran inversión en i+D, porque el coste mayor es la transformación de los residuos en hilo que se pueda usar para tejido textil. Ahora hay mucho postureo al respecto, pero hace 10 años, probablemente todos estos procesos textiles no existían.

A día de hoy todo es más fácil, han pasado 10 años y la industria ha mejorado muchísimo, sobre todo a nivel tecnológico. Hace 10 años, cuando nos plantábamos en las fábricas con la que trabajábamos entonces, fábricas que solo habían trabajado con materiales convencionales, y les poníamos encima de la mesa que queríamos hacer ropa con basura, era como “¿estáis locos!? ¿Quién va a querer comprarse un plumas hecho con basura, si se lo pueden comprar con material…” Pero te das cuenta de que, entre muchas de esas empresas y fábricas a las que íbamos y contábamos lo que queríamos hacer, muchos te decían: “no”. Pero cuando llegabas a alguien que tenía la misma sensibilidad que tú, y cuando le estabas explicando por qué queríamos hacer ropa con basura, y a partir de esto entendían que el futuro iba por ahí. Y esas empresas son las que dicen: “voy contigo de la mano”. Tenemos proveedores que llevan trabajando con nosotros a lo mejor 8 años, o incluso 10, y son proveedores que han crecido con nosotros, y nosotros con ellos, y que de hecho, nosotros no hubiésemos sido capaces de llegar a donde estamos si no hubiese sido gracias a ellos. 

Creemos que la colaboración en temas como la sostenibilidad es primordial. Que la industria, las fábricas, la universidad, con las que a menudo trabajamos sobre todo en temas de innovación y desarrollo, tenemos que ir de la mano. Si queremos cambiar todo lo que es la industria, nos tenemos que activar todos los actores, tanto las marcas como toda la cadena.

¿Cómo va a querer alguien vestirse con materiales a partir de la basura? Y, extendiéndolo a lo que has dicho sobre la cadena industrial, cómo se extiende a todos los engranajes de la cadena y de ahí al gran público. ¿Cómo se conjuga todo eso? ¿Cómo convences a alguien de que se compre un plumas hecho con botellas de plástico que además siempre le va a costar más que el que se podría comprar en fast fashion, y además cómo extiendes eso al gran público?

Hay una labor muy importante de concienciación, y creo que esa es también nuestra responsabilidad. Además, nos dimos cuenta en seguida, que lo que hacíamos estaba fenomenal, cómo lo hacíamos también era fundamental, asegurarnos de que no solamente la utilización de los materiales, sino que todos los procesos eran igualmente sostenibles, y en seguida nos dimos cuenta de lo importante que era que todo lo que hacíamos lo comunicásemos de una manera muy sencilla, muy clara y con unos mensajes muy directos para que la gente de la calle empezase a captarlos, empezase a familiarizarse de alguna forma con el impacto que hay detrás de una prenda que se compra. Aquí se unen las dos cosas.Cuando eres capaz de comunicar que un plumas, por ejemplo nuestras etiquetas que llevan en las mangas esa historia de que estaban hechas con un metro de tejido a partir de 70 botellas de agua. Cuando empiezas dando mensajes así, o que una camiseta está ahorrando más de 2.000 litros de agua, o que hemos sacado no sé cuántas toneladas del fondo del mar gracias a la Fundación, esos mensajes empiezan a resonar en la gente de la calle, y empiezan a preguntarse que si esto está ahorrando eso, cuánto es lo que consume o está emitiendo una camiseta normal. Entonces, la parte de concienciación es muy importante, trabajamos a través de nuestra comunicación a ayudar al consumidor a entender qué hay detrás de cada prenda que está en el mercado, y darle todas las herramientas para que tenga la capacidad de elegir la prenda más responsable o más alineada con sus principios, porque hay también gente a la que más le importe sea el consumo local, y habrá otros que no quieren por nada del mundo llevar cerca de la piel una prenda de poliéster, y habrá otros que solo quieren llevar reciclado, ¿no? Lo bueno es que tengan toda la información al alcance de la mano para que les sea fácil identificar qué prenda está más alineada con sus valores. Creemos que concienciar es una labor muy importante. Damos muchísimas charlas, estamos contínuamente en foros de economía circular, de nuevos modelos de negocio, de empresas de impacto…. ETC

Me interesa tu experiencia en fast fashion para hablar sobre cómo crees que los gigantes textiles podrían reconvertir sus modelos de producción y negocio para que la industria textil deje de ser considerada la segunda más contaminante del mundo.

Lo que está clarísimo es que lo que hay detrás de la industria de la moda, igual que pasa en muchísimas otras industrias, en realidad es la industria del consumo. Estamos consumiendo mucho más de lo que el planeta puede darnos. Partimos de la base de que al principio de la entrevista hablábamos de los recursos naturales. A día de hoy, el planeta entre julio y agosto todos los años ha llegado al cupo máximo de los recursos que el planeta puede dar y regenerar de manera natural cada año, es decir, la mitad del año estamos viviendo en números rojos, lo que quiere decir que las próximas generaciones, las de nuestros hijos y nuestros nietos, van a pagar esas consecuencias que van a estar ligadas a que el suelo no va a ser fértil, que vamos a tener escasez de agua potable, que el aire que vamos a respirar va a estar súper contaminado… somos conscientes de que estamos ante la gran crisis climática, que va a traer muchísimas crisis humanitarias. Y todo esto viene porque nos empeñamos en seguir consumiendo como si los recursos realmente no fuesen limitados. 

Tienen que dejar de producir todo lo que producen. Luego veamos cómo producen, pero ya solamente haciendo eso, estarían haciendo un cambio de paradigma tan grande que ya nos estaría ayudando a mejorar muchísimo la situación. Si un modelo de negocio está basado en la sobre producción, en fomentar un consumo masivo, por muy sostenible que sea tu modelo de producción, la base de todo, tu modelo de negocio, no es sostenible. Entonces tenemos que empezar cambiando los modelos de negocio, tenemos que empezar a cambiar y tendremos que empezar a aceptar que para seguir manteniendo este planeta para las futuras generaciones, tenemos que hacer un parón radical. Hay que parar, hay que empezar a consumir de una manera mucho más consciente. Hay que empezar a consumir en base a lo que necesitamos y no en lo que nos apetece, porque lo que nos apetece está muy por encima de las posibilidades del planeta.

A mí muchas veces me dicen en las conferencias: es que un producto sostenible es mucho más caro que cualquier otro. Pero es que lo realmente caro es que va a llegar un momento en que el planeta no nos de los recursos que necesitamos. Y para parar eso, lo único que podemos hacer es dejar de pensar en estos modelos de negocio que venden millones de prendas cada año, porque el planeta no tiene tanta materia prima.

Lo barato sale caro, en cada podcast sale esa frase, y no sé cuántas frases y dichos populares tenemos que recuperar.

Tenemos que aprender tanto de nuestros abuelos… yo siempre lo digo. Ahora nos creemos muy modernos hablando de sosteniblidad, cuando realmente los abuelos eran lo más sostenible que había en el planeta, de repente la siguiente generación fue la revolución del consumo, el consumo masivo y el consumo de productos de usar y tirar, hasta lo que hemos llegado ahora. De hecho, las prendas a día de hoy en según qué marcas, en según qué artículos del fast fashion, se han convertido prácticamente en artículos de usar y tirar. Hay gente que se pone las prendas una vez y las desecha, cuando en realidad, si fuésemos conscientes de todo lo que hay detrás de producir una sola camiseta… Una sola camiseta lleva detrás 2.700 litros de agua, una camiseta blanca normal y corriente. Imagínate si estás estrenando una camiseta cada semana. Sin embargo, si te compras una camiseta con una calidad que te va a garantizar que te va a durar mucho más tiempo en el armario, que pasado un año la vas a poder seguir usando porque la calidad es tan buena que te lo permite, estás evitando comprar 10 o 20 o 30 camisetas, y eso es lo que necesita el planeta: comprar mejor. 

Nosotros también estamos metidos en ese FOMO de las nuevas tendencias, de llevar ropa que está pasada, y además es ocio… es difícil, se necesita mucha concienciación. Me gustaría preguntarte por la Fundación ECOALF, fundada en 2015, y cuya misión está reflejada en el lema “Upcycling the oceans”. Cuéntanos qué hay detrás de este lema (Ellen McArthur Foundation: “Si continuamos a este ritmo, en 2050 habrá más plástico que peces en el océano”)

Esto ya se está viendo.  Llevábamos mucho tiempo hablando de reciclaje, de tejidos reciclados en prendas, dando charlas… y al fundador se le acercó un pescador y dijo: “tú que siempre estás hablando de plásticos, tendrías que ver lo que hay en el mar”, que eso sí que es realmente dramático. Javier subió en un barco y fuimos conscientes de la cantidad de basura que hay en el mar y de cómo hemos estado utilizando el mar como un vertedero y sigue pasando todavía. Entonces nos dimos cuenta de que, si habíamos sido capaces de convertir todos esos residuos en materiales de primera calidad. No teníamos ni idea de lo que iba a salir, pero nos planteamos hacer una prueba de qué saldría si analizáramos un poco lo que salían en las redes y si éramos capaces de convertir esa basura en materia prima para nuestros tejidos y nuestras colecciones. Ahí nos dimos cuenta de que esto se salía del modelo de negocio de una marca de moda, pero que tenía sentido crear una fundación para limpiar el océano.

Empezamos con la Fundación Ecoalf, el objeto principal es la limpieza de los océanos a través del proyecto Upcycling the Oceans, que trabaja con los pescadores, especialmente los arrastreros. Ahora mismo estamos intentando cubrir prácticamente toda la costa Mediterránea. Empezamos en España en 2015 prácticamente con 3 puertos, a día de hoy trabajamos con más de mil pescadores que de manera voluntaria todos los días que salen a faenar recogen todo el plástico que les queda en las redes en vez de devolverlo al mar, que es lo que hacían previamente, lo depositan en unos contenedores en el puerto y a partir de ahí nos hacemos responsables de todos los residuos. Esos residuos van a la planta de clasificación, donde se separan los distintos materiales. Cada uno de los materiales pasan al canal correspondiente de reciclado menos el PET, que es lo que nos quedamos nosotros y lo mezclamos con el plástico de las botellas y con eso somos capaces de hacer hilo, y ese hilo está dentro de nuestras colecciones. 

A día de hoy además de toda la costa mediterránea en España, estamos abriendo también en Francia, en Grecia y en Italia, y el objetivo es llegar a donde podamos en la limpieza de la costa mediterránea. Durante varios años hemos estado actuando también en Tailandia trabajando con pequeños pescadores porque allí no hay arrastreros y con fundaciones que trabajan también en islas para evitar que todo lo que están en las islas pueda llegar al mar. 

El PET que nosotros utilizamos es en torno a un 5-10% de la basura que se recupere. Hay un montón de otros residuos que estamos intentando también darle salida, buscando alianzas con otras empresas de otros sectores… porque nosotros solamente podemos reciclar el PET.

Pero tenéis proyectos para crear muebles y otros objetos, ¿no?

Sí, estamos ampliando nuestras líneas trabajando con otras empresas como Be Carve, otra empresa española con la que estamos colaborando y procurando aprovechar lo bien que trabajan ellos, que son también líderes en su sector, procurando que todas las piezas que no se ven sean lo más sostenibles posible, y que a la hora de reciclarlo sean lo más reciclable posible.

Ese es otro de los problemas, que se fabrican prendas que no son sostenibles, como por ejemplo las zapatillas de deporte son muy difíciles de reciclar por la cantidad de componentes engranados y distinta composición. Es importante reciclar, ¿pero no es más importante usar menos recursos y optimizar los procesos para cuando hay que usar recursos?

De hecho, el calzado es una de las familias donde más nos cuesta tener resultados positivos desde el punto de vista de la sostenibilidad. Las zapatillas llevan un montón de componentes internos que técnicamente a veces es imposible venderlos más sostenibles porque todavía no están desarrollados. El tema de las suelas por ejemplo es un gran reto; hacerlas más sostenibles, o las más sostenibles del mercado. Hay ciertos materiales plásticos donde hemos conseguido aumentar a un 30% el material reciclado. Las suelas necesitan pasar unos test mecánicos que garantizan que tienen una durabilidad, una resistencia  y una flexibilidad además de otros parámetros que hacen que más de un 30% no hayamos sido capaces de meter ningún material. Estamos utilizando algas para sustituir parte de ese plástico por un biopolímero que se hace a partir de algas. Estamos trabajando también en el tema de las plantillas para que también sean recicladas. Los materiales que utilizamos para la parte de arriba de las plantillas son todo sostenibles, no utilizamos pieles…

¿Y de qué materiales provienen?

Igual que el resto de nuestros tejidos, lanzamos nuestra primera línea de hilo UTO (Upcycling The Oceans) y tenemos unas zapas que están diseñadas para ser fabricadas a partir del hilo del mar y además están ecodiseñadas para tener el mínimo número de procesos, de costuras, y de hecho una de ellas, que es la que está ecodiseñada para ser el top de la sostenibilidad, que después de hacer con INESCOP que es el centro tecnológico del calzado un análisis del ciclo de vida de esta zapatilla, nos hemos dado cuenta de que tiene unas emisiones de 4,51 kg de CO2 equivalente, cuando los estudios confirman que las emisiones de una zapatilla media del mercado están en 13,6, por lo tanto queda demostrado que lo que hacemos (y esto es muy importante, la transparencia)…

Vale, en cuestión de plásticos lo podéis extraer de los residuos y convertir en prendas que lleven poliéster, que al final no deja de ser un plástico, pero ¿te puedes vestir de la cabeza a los pies de materiales reciclados?

Pues sí, yo es lo que he dicho muchos días “voy vestida de basura”. A día de hoy, trabajamos también con otros materiales que no son reciclados: en la compañía los materiales vírgenes están prohibidos, pero sí que tenemos materiales naturales de bajo impacto. Un jersey de cashmere reciclado, camiseta de algodón reciclado, un pantalón de pana mezclado con cáñamo, que tiene muy bajo impacto. Llevo zapatos, no deportivas pero sino serían ECOALF. Solo me falta la ropa interior.

La ropa interior es un tema, pero sí que está bien saber que fibras naturales se pueden reconvertir. Muchas veces ves en la tiendas de fast fashion buzones donde puedes dejar tu ropa usada que supuestamente van a reciclar, y te dan un vale de compra. ¿Cómo se pueden reciclar todos estos materiales?

A mí me encantaría que alguien me lo explicase también. Tengo muchísima presión tanto internamente como de los clientes para que empecemos a recoger ropa. Y yo he dicho “yo no voy a recoger una sola prenda de ropa hasta que no tenga la garantía completa y la trazabilidad de qué voy a hacer con esa ropa, y que tengo un plan para esas prendas. A día de hoy hay un problema muy grande y es que tú puedes ponerte a recoger prendas, pero todas las prendas del fast fashion tienen un problema de origen, y es que las materias de las que están hechas no están preparadas para ser recicladas. O al menos para ser recicladas en algo que pueda volver al sector de la moda. Podemos triturar todas esas prendas y utilizarlas como aislante en construcción, pero no es ese el enfoque. Utilicemos las prendas que ya están en el deshecho para convertirlas en otras prendas, porque podemos utilizarlas para construcción, pero entonces ¿otra vez vamos a ponernos a producir algodón convencional?

Claro, la idea es no extraer recursos para la moda.

Efectivamente. Pero hay un problema, y es que todos esos tejidos que van mezcladas tres y cuatro calidades distintas a día de hoy no existe tecnología para convertirlas en un hilo de calidad. Es un proceso más de downcycling que de upcycling, porque ni tan siquiera lo están reciclando, lo estás reciclando para un subproducto, no para un producto que esté por lo menos al mismo nivel que la materia original. Hay un trabajo muy grande que tenemos que hacer las marcas, que bajo mi punto de vista es nuestra responsabilidad hacer con la durabilidad de las prendas, porque cuanto mejor es la calidad del residuo, mejor es la calidad del hilo que sale, sobre todo con los procesos mecánicos de las fibras naturales. También que sean monomateriales, o que al menos no se mezclan materiales con distintos ciclos de vida. Por ejemplo, todo lo que lleva licra complica un montón el reciclado posterior, cuando mezclamos algodón y poliéster, lino con nylon… y nosotros es algo que hemos empezado a trabajar. El equipo de diseño lo tiene difícil porque primero fue ahora solo reciclado, y ahora es que no se pueden mezclar materiales con distintos orígenes.Es muy complejo hacerlo todo sostenible, pero es una parte muy importante. Las marcas tenemos que trabajar en que esas prendas el día de mañana sean reciclables mientras la tecnología también avanza en procesos de reciclado que permitan llegar a una fibra de calidad mezclando distintos materiales, porque aunque cambiemos radicalmente de hoy para mañana cómo son esos materiales que se utilizan, vamos a seguir teniendo ropa acumulada de todos estos años.

Lo que yo me temía: otra vez una estratagema para que nos sintamos bien mientras tiramos ropa y rellenamos ese hueco con más ropa. Vamos, que esto requiere más innovación. Cuéntanos cuáles son los procesos más novedosos en innovación textil, para optimizar energía, agua y reducir residuos en estos procesos.

Hay una gran búsqueda de materiales con orígenes distintos. Hay muchísimo trabajo en generar fibras naturales a partir de fibras naturales que a lo mejor no se han utilizado mucho, como por ejemplo la fibra de banana, a partir de las hojas de palma, la fibra de piña… materiales que hace muchísimos años se utilizaban y que ahora se les está volviendo a dar importancia porque tienen alto rendimiento en cultivo y bajo impacto medioambiental como la ortiga o el cáñamo… también tintes sostenibles… Para mí la gran diferencia y va a cambiar toda la sostenibilidad en todos los sectores, es toda la tecnología que te permita tener trazada toda tu cadena de suministro, entender perfectamente que es como la contabilidad, que cada paso es importante porque hay que ahorrar en todas las partes del proceso. Desde el blockchain a herramientas que permitan ser cada vez más transparentes con los clientes y esa conexión directa con los clientes para tener una relación bidireccional y ganar en las dos direcciones. Otra cosa fundamental es los microfilamentos, los microplásticos, que generamos cada vez que lavamos una prenda. También los materiales naturales tienen. Por supuesto la economía circular…

Carol Blázquez, Directora de Innovación y Sostenibilidad en ECOALF

Sí, esto de los microfilamentos se está incidiendo muchísimo y es la necesidad de lavar menos. Y otra cosa es remendar, arreglar, no tirar a la primera de cambio…

Espero que esta entrevista te haya abierto los ojos tanto como a mí en ciertos aspectos que no conocía, y que hayas sentido esa inyección de optimismo de ver que una empresa que utiliza cada vez menos materiales vírgenes lleva ya 10 años en el mercado, abriendo camino para otras que sigan la misma filosofía hacia un modelo de economía circular en la ropa. 

Si has llegado hasta aquí, lo primero es darte las gracias por escuchar, y también te cuento que el siguiente episodio de fijo que te interesa: vamos hablar con una diseñadora que trabajó en varias marcas de fast fashion y ahora tiene su propia marca de moda lenta. Con ella hablaremos de todo lo que hay detrás de la moda rápida: los procesos, las colecciones, los precios, cómo trabaja con proveedores en China y el sudeste asiático… no te lo pierdas y entenderás muchas cosas sobre alguna de las prendas que ahora mismo llevas puesta, como yo misma, vamos.

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BIBLIOGRAFÍA

https://fashionunited.es/noticias/moda/ecoalf-se-posiciona-como-marca-lider-en-calzado-sostenible/2020111033933

https://fashionunited.es/noticias/moda/5-marcas-europeas-que-reciclan-el-plastico/2019041830054

https://www.viaempresa.cat/es/empresa/javier-goyeneche-ecoalf-entrevista_2077298_102.html

https://planetb.eco/ecoalf-convierte-basura-mar-ropa-calidad/

https://www.revistagq.com/moda/articulo/abrigo-plumas-ecoalf-precio-fotos

MÚSICA

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