Wanderlust podcast - Paula Martín

origen del patriarcado con Marga Sánchez Romero arqueóloga prehistoria feminismo

Si creciste en los 90 y los 2000, dime si ves algo raro en esto que hacía mi yo adolescente allá por los late nineties en un pueblo madrileño .

Mi hermana y yo nos íbamos con unas chicas un poco mayores que iban a ver a los chicos a los entrenamientos de fútbol. Yo me aburría, no entendía qué había de entretenido en mirar a esos adolescentes con bigotillo y piernas peludas sudando tras el balón, haciéndose faltas muy violentas y gritándose insultos tipo “maricón” o “hijo de puta”, mientras comíamos pipas y las mayores comentaban lo bueno que estaba ese o aquel.

Un día por el pueblo, un chico nos alcanzó por detrás y le metió la mano a una de ellas por debajo de la falda, hasta tocar sus genitales por encima de las bragas. Ella se giró violentada, todo roja, y le empezó a gritar mientras él corría en dirección contraria. Le gritamos lo mismo que se gritaban los chicos en el fútbol. Él nos hizo un calvo, nos enseñó el culo burlándose de nosotras y se fue. Encontramos un coche de la policía y le pedimos que le buscara porque queríamos denunciarle o al menos que le echaran la bronca, pero la agente de policía, una mujer joven, al dar un par de vueltas y no encontrarle, nos dijo que, probablemente “le habéis gustado”. Y ahí quedó todo.

Esta “curiosa anécdota” hoy en día valdría una denuncia en la policía, en redes sociales y si queremos analizar el papel de la autoridad en todo esto, igual hasta en medios de comunicación. Pero claro, por aquel entonces, en los años 2000, aún no había explotado la última ola feminista, y estas cosas se veían como “cosas de adolescentes hasta arriba de hormonas”. Ellos y ellas.

Y sin embargo, ¿por qué esos comportamientos estaban y están normalizados?¿Por qué los hombres tienen acceso al cuerpo de las mujeres si les apetece, por qué las mujeres hemos sido y a menudo aún somos espectadoras de las actividades de los hombres? ¿Ha sido así siempre, es esto natural?

La creación del patriarcado se establece en el neolítico, en el amplísimo periodo histórico considerado pre-historia ya que es previo a la invención de la escritura. Pocos científicos sociales han estudiado este proceso que duró miles de años, y los investigadores hombres han encontrado siempre razones biológicas, “naturales” que justificaban y legitimaban el gobierno de los hombres sobre toda la Humanidad. Pero como escribe nuestra invitada de hoy, Marga Sánchez Romero, “el camino de la desigualdad no era el único, las estrategias, los valores, los mecanismos de organización social podrían haber sido otros, pero se “eligió” el de la desigualdad porque un grupo percibió que era más conveniente, porque necesitaba de esa desigualdad para sus intereses”.

Por ello en este episodio, he querido preguntarme… ¿cómo es posible que la mitad de la población humana haya sometido a la otra mitad de la humanidad durante decenas de miles de años de forma tan efectiva y con la colaboración de las subordinadas? ¿Cómo comenzó y se consolidó el proceso que redujo a la esclavitud a las mujeres, y cuáles son los mecanismos que lo aseguraron y justificaron? ¿De qué manera se ha usado la ciencia para reafirmar la subordinación de la mujer al hombre a lo largo de la historia de la Humanidad?

Hola, soy Paula Martín, periodista y antropóloga, y esto es “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”, el podcast en el que nos preguntamos cómo las mujeres han ganado premios Nobel o viajado a la luna como astronautas, pero las mandan a fregar cada vez que reclaman derechos y oportunidades iguales a los de los hombres.

En este episodio tan clave en la historia de la Humanidad tengo el placer y el honor de saludar al otro lado del micro a Marga Sánchez Romero, ¡Marga, bienvenida a “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”!

La doctora Sánchez Romero es arqueóloga (segunda de esta temporada, qué nos gusta un buen yacimiento, unos buenos enterramientos, unas vasijas…), catedrática de Prehistoria en la Universidad de Granada, ha desempeñado diversos cargos de peso institucional, algunos de ellos relacionados directamente con la historia de las mujeres pero aquí no podemos enumerar todos…

Además, Marga, si me permites el tuteo, ha desarrollado, junto con otras profesoras y gestoras del patrimonio arqueológico el proyecto Pastwomen, un sitio web que tiene como objetivo dotar de visibilidad a las líneas de investigación en arqueología e historia que se vinculan al estudio la cultura material de las mujeres, y publicó el año pasado 2022 el libro que os muestro en pantalla, «Prehistorias de mujeres», un ensayo que me he leído de una tacada y que muestra el papel fundamental de nuestras antepasadas en la vida social, política, económica y cultural en todas las sociedades y etapas de la Historia, muy al contrario del relato oficial, sostenido también desde las ciencias sociales como la arqueología, la historia o la antropología, de que las mujeres siempre han tenido un papel secundario en el devenir de nuestra especie, y además siempre lo han tenido en relación al hombre.

La creación y afianzamiento del patriarcado

Marga, me gustaría hablar contigo de un tema que ha sido tratado por autoras como Gerda Lerner, quien escribe sobre la creación del patriarcado, y sitúa ese origen y afianzamiento precisamente en la prehistoria, diciendo que es un proceso que duró miles de años y que, como gota malaya, aseguró la completa y eficiente sumisión de la mitad de la población mundial a manos de la otra mitad, bastante antes incluso de la invención de la esclavitud.

¿Cómo se desarrolló ese proceso?

Gerda Lerner, en su obra monumental llamada “La creación del patriarcado”, sitúa el origen del sistema patriarcal en el momento en el que comienzan a formarse las élites religiosas y militares e los estados arcaicos, es decir, antes del origen de la sociedad de clases y de la esclavitud: Lerner dice “la dotación biológica del hombre le hace más adaptado a la caza, tiene más músculo y por lo tanto trae el alimento y además protege a la tribu; la mujer es más vulnerable y se debe a la maternidad”. O sea, la división sexual del trabajo empezó por la supuesta “superioridad” del hombre basado en su mayor fortaleza física para desarrollar tareas de fuerza como cazar y atacar al contrario, correr, cargar peso… pero en realidad, y como también destacas en el libro, la mayor parte del alimento venía de la recolección y caza menor que hacían mujeres y niños, hasta un 60%, y eso también es así en las sociedades cazadoras-recolectoras en la actualidad. ¿Será que se glorificó la épica de la caza mayor?

En tu libro escribes que, para empezar con esa división, el desarrollo del cerebro humano supone 9 meses de embarazo y un año más de dependencia total de la madre, por lo que las mujeres tenían roles de menor movimiento en esos grupos humanos reorganizados tras comenzar a caminar, o sea cuando se impuso el bipedismo y nuestros ancestros dejaron de vivir trepando entre los árboles.
¿Y el sistema patriarcal se extendió a todos los pueblos en todo el mundo?

Todo cambia al hacer el cambio de sociedades cazadoras-recolectoras a agricultores-ganaderos y hacerse sedentarias, la división de trabajos acaba con la homogeneidad dentro de los grupos entre hombres y mujeres y aparecen las clases sociales. Aparece también el yo, el individuo, el interés y la identificación individual frente a la comunidad.

El antropólogo Claude levi-Strauss estableció la teoría de parentesco de la sociabilidad humana que señalaba el tabú del incesto y de ahí el intercambio de mujeres con otras tribus lo que aseguraba la paz. Las mujeres servían de moneda de cambio entre padres y hermanos de distintas tribus, que se asociaban al convertirse en suegros y cuñados. Por su parte, el etnólogo Marcel Mauss hablaba de la teoría del regalo, o sea, que los grupos se regalaban mujeres entre sí.En resumidas cuentas: las mujeres fueron sometidas en beneficio de la supervivencia grupal y la cohesión social. La destacada antropóloga francesa, alumna de Lévi Strauss Françoise Héritier se preguntó: “¿Y por qué no ocurre al revés y no son las mujeres las que intercambian hombres?” En cualquier caso, las mujeres se casaban y se marchaban en un intercambio no de mujeres por vacas, sino de poder, información, tecnología y obligaciones entre los dos cónyuges, que representaban cada uno a su clan, siendo consideradas muy valiosas. Y sin embargo, aún no se conoce bien cómo funcionaba este mecanismo y si existía violencia, como afirman muchos etnólogos del siglo XIX cuando hablan de raptos y violaciones como expresión suprema de la dominación sexual de la mujer por el hombre.

Héritier dice que la subordinación femenina sea universal no significa que tenga nada de natural, como tampoco lo tiene la igualmente extendida violencia machista.En síntesis: la violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, sino más bien a un exceso de cultura, de cultura patriarcal. (25 noviembre día mundial contra la violencia machista)

En “El hombre prehistórico es también una mujer”, Marylene Patou-Mathis relata cómo se instauró esa idea de que el hombre es violento por naturaleza y, como la mujer es pacífica por naturaleza, pues prevalece el hombre: “En la década de 1880, la teoría «de las migraciones» sostiene que la sucesión de las culturas prehistóricas es el resultado de la sustitución de poblaciones, y forja la idea de que la guerra de conquista siempre ha existido. A comienzos del siglo siguiente, algunos sociobiólogos, a quienes se unen antropólogos y prehistoriadores, basándose en la conducta de los grandes simios, afirman que descendemos de «monos asesinos», teoría que se populariza en 1961, estableciendo la “cultura de la guerra”” y sin embargo, lo que vemos en los huesos recuperados son heridas sanadas, no heridas de guerra. ¿Podría ser precisamente el proceso de establecimiento del patriarcado el que instaura la guerra entre grupos humanos? Porque se sitúa el comienzo de la violencia entre 14.000 y 10.000 años atrás, es decir, la aparición de la escritura, del sedentarismo en sociedades agrícolas-ganaderas, del Estado, de la familia nuclear… Y por cierto, las víctimas más numerosas serían mujeres y niños, no hombres entre sí.

“El camino de la desigualdad no era el único, las estrategias, los valores, los mecanismos de organización social podrían haber sido otros, pero se “eligió” el de la desigualdad porque un grupo percibió que era más conveniente, porque necesitaba de esa desigualdad para sus intereses”, dices en “Prehistorias de mujeres”, o sea que fue un proceso de combinación de múltiples factores que se prolongaron a lo largo de miles de años y, como una gota malaya, fue martilleando la sumisión de las mujeres hacia los hombres. Fue un proceso que duró miles de años, pero tuvo que ser algo organizado y coordinado entre todos los hombres, y la primera forma de esclavitud humana en el mundo.

“El camino de la desigualdad no era el único, las estrategias, los valores, los mecanismos de organización social podrían haber sido otros, pero se “eligió” el de la desigualdad porque un grupo percibió que era más conveniente, porque necesitaba de esa desigualdad para sus intereses”
Marga Sánchez Romero, Prehistorias de mujeres

¿Existió el matriarcado?

¿Cómo eran las distintas organizaciones patriarcales antes del establecimiento efectivo del patriarcado? Entiendo que con grandes diferencias, pero no existiría esa imposición de los hombres sobre las mujeres. No existen evidencias de matriarcados en sociedades pacíficas e idílicas (hierbas, hippies) antes del patriarcado, pero sí de sociedades que practicaban la matrilinealidad y matrilocalidad, con igualdad entre hombres y mujeres y representación de estas últimas al mismo nivel.

Existen evidencias de que la civilización de Creta era muy igualitaria, tanto en ausencia de clases como en ausencia de desigualdad entre sexos…

Me hace mucha gracia esa búsqueda de las sociedades matriarcales por parte de antropólogos, historiadores y arqueólogos de los siglos XIX y XX, intentando dar a entender que eran la antesala del verdadero orden y civilización, el patriarcado, eran toscas, poco desarrolladas, brutales, irracionales, apegadas a la naturaleza por medio de mitos y rituales … justificando de esa manera que es mejor el “gobierno de los hombres” que es el orden, la razón y el progreso.

Françoise Héritier atribuye la casi total ausencia de mujeres en la historia de la evolución humana es debida a la «valencia diferencial de los sexos», que habría existido desde los orígenes de la humanidad. Héritier cree que «en todas partes, en toda época y en todo lugar lo masculino es considerado superior a lo femenino […], lo positivo siempre está del lado de lo masculino y lo negativo del lado de lo femenino».

No hay pruebas de que las mujeres hayan sometido a ningún otro grupo humano, a qué se atribuye el que los hombres sí que lo hayan hecho?

“En todas partes, en toda época y en todo lugar lo masculino es considerado superior a lo femenino […], lo positivo siempre está del lado de lo masculino y lo negativo del lado de lo femenino”,
Françoise Héritier

Las diosas fueron sustituidas por los dioses

Sí que sabemos que existían numerosas divinidades femeninas que se centraban en el misterio de la reproducción. En “El cáliz y la espada: De las diosas a los dioses: culturas pre-patriarcales”, Riane Eisler habla de cómo se sustituyeron gradualmente esas diosas mujer por dioses hombre, pasando las mujeres a ser sus esposas, madres, amantes… y cómo las religiones monoteístas terminaron de afianzar definitivamente esa idea de que Dios es hombre y la mujer es fuente de pecado y, en última instancia, culpable de los males, por lo que debe agachar la cabeza y expiar sus pecados con trabajo y sumisión. Siempre ese carácter mágico de la mujer, esa conexión con lo natural y lo divino que los hombres más tarde despreciarían y rechazarían por su carácter ‘no racional’.

Estatuillas que representan a mujeres se relacionan con la lujuria y la fecundidad, y siempre como objetos para el disfrute de los hombres. Sus autores son hombres, claro. No se habla de mujeres corrientes, de mujeres que se autorrepresentan, y mucho menos de divinidades.

«La filosofía aristotélica proporcionará la otra metáfora de base al dar por hecho que las mujeres son seres humanos incompletos y defectuosos, de un orden totalmente distinto a los hombres. Es con la creación de estas dos construcciones metafóricas, que se encuentran en las raíces de los sistemas simbólicos de la civilización occidental, con lo que la subordinación de las mujeres se ve como «natural» y, por tanto, se torna invisible. Esto es lo que finalmente consolida con fuerza al patriarcado como una realidad y como una ideología.»

La subordinación sexual

En esta imposición del gobierno de los hombres, entiendo que, más allá de usar la fuerza para convencer a las mujeres de cooperar, era importante que las mujeres interiorizaran el hecho de que eran inferiores a los hombres y que esta era la mejor forma de organización social y que se convirtieran en celosas guardianas de este orden, no? Mecanismos para quitarles a las mujeres de la cabeza la idea de igualdad con los hombres

“La subordinación sexual de las mujeres quedó institucionalizada en los primeros códigos jurídicos y el poder totalitario del Estado la impuso. A través de varias vías se aseguró la cooperación de las mujeres en el sistema: la fuerza, la dependencia económica del cabeza de familia, los privilegios clasistas otorgados a las mujeres de clase alta que eran dependientes y se conformaban, y la división, creada artificialmente, entre mujeres respetables y no respetables.”
Gerda Lerner, La creación del patriarcado

Lerner dice que “La subordinación sexual de las mujeres quedó institucionalizada en los primeros códigos jurídicos y el poder totalitario del Estado la impuso. A través de varias vías se aseguró la cooperación de las mujeres en el sistema: la fuerza, la dependencia económica del cabeza de familia, los privilegios clasistas otorgados a las mujeres de clase alta que eran dependientes y se conformaban, y la división, creada artificialmente, entre mujeres respetables y no respetables.”

Françoise Héritier escribió que, para apoderarse de sus vientres y su poder generador, los hombres se convencieron a sí mismos de que eran ellos quienes introducían el principio sexualizante en la mujer. Aristóteles teorizó esa fantasía al afirmar que todo dependía del esperma.

Una forma de someter a las mujeres sería ejercer control sobre su sexualidad a través del control de la reproducción, el cuerpo… Por ejemplo con el tabú menstrual o la desnudez del cuerpo femenino. Se convierten hechos naturales y biológicos en asuntos sucios y turbios, vergonzosos. Se prohibió la sexualidad libre y placentera, se estableció el tabú del sexo para que la mujer sólo lo relacionara con la reproducción y no la buscara fuera del matrimonio

Cómo era la sexualidad pre patriarcado?

Interpretar el pasado con los instrumentos del presente

«Toda la historia de las mujeres ha sido hecha por los hombres», escribía Simone de Beauvoir. Y lo mismo pasa con la (pre)historia. Al ser el periodo más desconocido y previo a la escritura, por lo que no existen registros escritos, se ha interpretado desde la óptica del patriarcado, trasladando los roles actuales – aunque se produzcan en pueblos cazadores recolectores en la actualidad – a decenas de miles de años atrás sin pruebas arqueológicas que lo sostengan, y sin embargo, ¿por qué deberíamos interpretar lo que fue previo al sistema patriarcal con los mismos códigos e instrumentos?

«Toda la historia de las mujeres ha sido hecha por los hombres»
Simone de Beauvoir, El segundo sexo

Desmontas el mito de que las mujeres no participaban del arte rupestre, la caza, la guerra, la creación de tecnología, metalurgia y la ciencia, … O mejor dicho, reúnes los datos que se han ignorado durante tanto tiempo por la ciencia y el gran público y que muestran que las mujeres pintaban, cazaban, iban a la guerra y eran miembros destacados en la toma de decisiones del grupo de forma paritaria con los hombres. Es decir, las pruebas arqueológicas y de todo tipo que se conocen desde hace muchísimos años señalan que las mujeres no siempre han estado sometidas a los hombres, pero la misma mirada patriarcal de los científicos que las descubren e interpretan hace que las pruebas de que esto no siempre haya sido así hayan sido sistemáticamente ignoradas o interpretadas de forma que conviniera a argumentos de la narrativa patriarcal. Es ahora, cuando existe una revisión de los roles de género, que se presta atención a los datos que ya estaban ahí.

Respecto de la guerra, escribes “si hubiéramos resuelto todos nuestros conflictos de forma violenta, seguramente ya nos habríamos extinguido. Hay que dejar claro que la especie humana ha sido mucho más pacífica que violenta. Pero hemos construido una historia en la que valores como la individualidad, el poder, el control, la violencia o la competitividad asociados a un modelo de hombre muy bien definido son sinónimo del éxito. Un modelo de masculinidad que ha ocultado (y sigue olvidando) a esos otros hombres que no se corresponden con el canon” – claro, se ha identificado a los hombres con ese estereotipo moderno de virilidad, que tampoco se corresponde con sus rasgos naturales, así como no son exclusivos de las mujeres el ser cuidadoras, pacíficas, organizadoras…

La cuestión es cómo se retuercen las pruebas para que todo encaje en la narrativa patriarcal. “hemos decidido que ser hombre es la norma y que a las mujeres tienen que demostrarnos”

Desde la arqueología feminista se ha creado una nueva categoría que recogía las prácticas de cuidado habitualmente relegadas a las mujeres: actividades de mantenimiento, todo lo que tiene que ver con la esfera doméstica – cuidar, alimentar, sanar, parir…- y que han sido tan menospreciadas y tan poco valoradas social y económicamente, a pesar de jugar un papel fundamental en el bienestar a todos los niveles de todo el grupo. Y en última instancia, son cruciales en la supervivencia.

¿Los cambios climáticos han propiciado el afianzamiento del patriarcado?

Gerda Lerner plantea cómo en regiones con peores condiciones climáticas que debieron centrarse en la caza y ganadería, se establecieron clanes humanos fuertemente jerarquizados (más agresivos? Cazadoras, también Guerreros?) que fueron sometiendo al resto de organizaciones humanas que eran más igualitarias, a esto también contribuyeron cambios climáticos en los que la agricultura sufrió y las sociedades cazadoras y ganaderas salieron ganando?? Cabe suponer que este cambio climático también puede propiciar la prevalencia de Estados más fuertes y agresivos sobre otros más igualitarios y respetuosos?

Trayendo este debate hasta mi terreno, la lucha contra el calentamiento global que hemos comenzado y sostenido las sociedades humanas desarrolladas… vuelvo a Lerner para lanzarte esta pregunta “es obvio que la agresividad masculina, que pudo ser muy funcional durante la Edad de Piedra, es una amenaza a la supervivencia de la humanidad en la era nuclear. En un momento en que la superpoblación y el agotamiento de los recursos naturales suponen un verdadero peligro para la supervivencia humana, puede que sea más adaptativo refrenar la capacidad reproductiva de las mujeres que fomentarla.” Y este es un verdadero movimiento dentro del activismo ecologista… ¿qué piensas de ello?

El fin del patriarcado

Para terminar, en el último siglo digamos que las mujeres han empezado a ‘dejar de cooperar’ en el sostenimiento del patriarcado. Se han conquistado importantísimos derechos sociales y, aunque queda mucha discriminación, prejuicio y violencia que derribar, esto avanza hacia el fin del patriarcado. Claro, un sistema que ha durado decenas de miles de años y que se implantó tan férreamente no puede ser derribado del todo en cien años y además siempre hay pasos hacia atrás y reacciones violentas en contra como los feminicidos, pero… ¿ves cerca el final del sistema patriarcal?

Bibliografía

Libros:

El origen del patriarcado (Gerda Lerner)

El segundo sexo (Simone de Beauvoir)

El cáliz y la espada: De diosas a dioses: las culturas pre-patriarcales (Riane Eisler)

El hombre prehistórico es también una mujer: Una historia de la invisibilidad de las mujeres (Marylène Patou-Mathis)

Against our will (Susanne Braum Miller): “El descubrimiento del hombre de que sus genitales podían servir como arma para generar miedo debe figurar como uno de los acontecimientos más importantes de la prehistoria, junto con el uso del fuego y la primera hacha de piedra tosca. Desde la prehistoria hasta el presente, creo que la violación ha desempeñado una función fundamental: no es, ni más ni menos que un proceso consciente de intimidación por el que todos los hombres mantienen a todas las mujeres en un estado de miedo”

Artículos:

EL PAÍS https://elpais.com/cultura/2023-08-25/muescas-en-los-dientes-de-las-costureras-muestran-como-se-dividia-el-trabajo-por-sexos-hace-5000-anos.html

https://mujeresconciencia.com/2018/11/27/margarita-sanchez-romero-la-historia-de-las-mujeres-no-interesa-a-los-hombres/

https://www.eldiario.es/sociedad/marga-sanchez-asociamos-mujeres-prehistoricas-caza-guerra-acusan-politica-no-ciencia_128_10270945.html

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2023/03/29/marga-sanchez-romero-las-mujeres-pintaban-arte-rupestre-cazaban-y-luchaban-en-las-guerras-1641507.html

https://www.eldiario.es/andalucia/lacajanegra/marga-sanchez-romero-investigadora-narraciones-pasado-han-invisibilizado-estereotipado-mujeres_1_9724365.html