11 Jun 2024

Cómo reducir nuestra huella, con Ana de Santos Gilsanz

por | publicado en: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? | 0
reducir nuestra huella con ana santos gilsanz

Ahora mismo, en lo que escuchas este podcast que quizá hayas encontrado en tu buscador de Spotify o YouTube, o te haya saltado una notificación, en lo que a la vez contestas a un WhatsApp y te descargas un Episodio para ver luego, has consumido sin saberlo motrollón de cookies, que generan muchísimos datos sobre tu comportamiento en internet y que muchas veces… van directas a la basura digital por la razón que sea.

En lo que navegamos por una web, entre todos los usuarios, estamos generando un volumen de cookies, que no puedes ni empezar a imaginar, y todo ello, además de los correos basura o la información que almacenas por si acaso, se está guardando en unos servidores de internet que… gastan mucha electricidad y emiten CO2 a espuertas.

Escuché en el podcast Ciberlocutorio un dato que da el ensayo “Utopías digitales” de Ekaitz Cancela: dice que una web puede dejar más de 21 millones de cookies por visita, lo que equivale a 197 billones de cookies generadas por un usuario, lo cual equivale a la huella de carbono que produce una ciudad europea de 30.000 habitantes y eso es solo nuestra basura digital. De hecho, el autor propone el decrecimiento digital en línea con el energético que se pide desde hace años, porque toda esa energía también se podría usar para otras cosas… En vez de generar basura a lo tonto con nuestro scroll infinito en redes sociales.

¡Pero no le des a stop por favor! Que mi invitada y yo vamos a hablar de todo esto y vamos a ver cómo reducir esta huella digital y las otras huellas que generamos los humanos con nuestras actividades.

Y es que el ser humano es el único animal que genera desechos que no se pueden reintegrar en la naturaleza. Esto no es malo en sí mismo, en realidad, y de hecho llevamos haciéndolo toda la historia de la Humanidad con nuestras herramientas de bronce, nuestras armas de hierro y más adelante, cuando empezamos a quemar carbón y a fabricar todo tipo de utensilios en acero, o incluso barcos y automóviles. Nuestros residuos no orgánicos han crecido de la mano con el ‘progreso’ humano, pero no ha sido hasta el siglo XX con las sociedades mal llamadas ‘de consumo’ (porque en realidad, son consumistas), que la cantidad de recursos y productos manufacturados que consumimos, usamos por poco tiempo o para un solo uso o echamos a perder, han crecido exponencialmente. Y todo esto está generando una huella humana sobre el medio ambiente tremenda que las 5 Rs del movimiento Desperdicio cero buscan cortar: Rechazar, Reducir, Reusar, Reciclar y Compostar, que en inglés sería Rot, pudrir.

Hola, soy Paula Martín, periodista especializada en radio y podcasting y Antropóloga Sociocultural interesada sobre todo en el Antropoceno, es decir en el impacto de homo sapiens sobre el planeta en que vivimos, y esto es “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”, el podcast en el que descubriremos por qué nuestra especie es la única cuyos desechos no vuelven a la Naturaleza, y en el que aprenderemos a dejar tras de nosotros alegría y buen olor en vez de envases de plástico y pestilencias varias.

Y para ello contamos con Ana De Santos Gilsanz, ¡hola, Ana! Ana es periodista con una amplia formación en periodismo de belleza y en los últimos años se ha especializado en medio ambiente y sostenibilidad. Sobre estos temas, la podéis leer en el diario El Español, en 20 minutos, Henneo y en su libro “Vivir sin huella”. Además, en 2023, fundó el proyecto medioambiental Oxígeno Azul, con el que visibiliza y protege los pulmones de los océanos y su ecosistema. 

  • El ser humano nunca ha creado tanta basura como hoy en día, pero también nunca se ha preocupado en exceso de a dónde iban sus desperdicios, cómo se gestionaban, si podían provocar pestilencias… siempre se han enviado ‘lejos’ porque nos preocupaba más el mal olor y las plagas que pudiera provocar (mucha gente vivía de la gestión de estas basuras, que hasta el siglo XX eran básicamente cenizas y heces humanas y animales y se utilizaban como abono), pero ahora nos preocupamos por el calentamiento global que provocan sus emisiones, y porque está volviendo a nuestro propio cuerpo por medio de los microplásticos.
  • microplásticos, nanoplásticos: Al descomponerse en trozos más pequeños (ningún organismo los come o degrada, solo se fotodegradan convirtiéndose en microplásticos, por lo que todo el plástico que hemos fabricado sigue en la Tierra), emiten metano y etileno, dos GEI. Y el que más gases emite es el polietileno, el que se utiliza para la fabricación de las bolsas de plástico. Hay tantos microplásticos en el agua embotellada como en la de grifo, pero el agua embotellada contiene 100 veces más nanopartículas de plástico de las que se pensaba
  • al enviar nuestra basura lejos y no procesarla nosotros mismos, no somos conscientes de la cantidad ingente de desechos que producimos. Es importante tomar conciencia de esto y tratar de reducir en lo posible, que todos tenemos vidas muy ocupadas y lo más fácil es que todo sea empaquetado, pero esto tiene un coste para nuestra propia salud, bolsillo, para el medio ambiente…
  • La huella que mide el impacto en peso se llama «huella ambiental» (se mide en toneladas), mientras la que mide en extensión se llama «huella ecológica» (se mide en metros) (pedirle que explique la metáfora de la excavadora que extrae de la Tierra y expulsa gases). La huella ambiental está compuesta por la huella de carbono (gases de efecto invernadero/GEI: CO2, vapor de agua H2O, óxido nitroso N2O, metano CH4 y ozono O3), la huella hídrica y la huella plástica o de residuos. El CO2 permanece en la atmósfera cien años o más, y es el que más producimos, por lo que se le conoce más.
  •  huella hídrica: muchos bulos, hay que entender a qué nos referimos cuando decimos que se necesitan 15.000 litros de agua para producir 1 kg de ternera (riego, agua de lluvia, agua que bebe la vaca…)
  • tengo la sensación de que ponemos demasiada presión sobre los individuos con el tema de reduce-recicla-reutiliza, en parte por su responsabilidad como consumidores, y en parte por la lucha David vs Goliat que supone enfrentarse a un sistema tan complejo donde corporaciones tan grandes se llevan todo el pastel a expensas del planeta y de los más pobres…
  • ecopostureo: también el propio consumidor es engañado con greenwashing con el q se siente un poco mejor; ahora el público demanda una mayor sostenibilidad, pero te la hacen pagar cara en el PVP, o cara artificialmente, como si fuera una edición especial. La Eurocámara ha avalado prohibir por ley el ‘greenwashing’ que engaña a los consumidores con reclamos ‘verdes’, y en España también se ha presentado una ley de consumo para multar a estas marcas que engañan al consumidor
  • yo noto también un pensamiento muy pesimista entre la gente, como muy catastrofista de ‘nos vamos a la mierda, mejor que nos extingamos porque somos el cáncer de la Tierra’, cuando en realidad la resiliencia del planeta es tremendo y por ejemplo se está reduciendo el agujero de la capa de ozono y se pueden recuperar zonas que la actividad humana había desertificado…
  • proyectos de compensación de huella de carbono: en muchos casos, simplemente se compran créditos de carbono a países en vías de desarrollo que no contaminan, por lo que las empresas y países más contaminantes no sólo siguen contaminando lo que ya contaminaban, sino un poquito más. Cómo podría reformarse ese mercado que existe? Aquí entra en juego la dolorosa verdad de que son los países más pobres y que menos han contaminado, los q más están sufriendo ya las consecuencias del calentamiento global, y además a ellos no se les puede pedir un esfuerzo como el de los países más desarrollados.
  • en los últimos años hemos descubierto que no bastaba con reciclar, que de hecho, el reciclaje es una industria que mueve mucho dinero y que permite seguir adelante con los envases de un solo uso… Es mucho más importante reducir, pero claro, reducir… reduce el consumo, y esto no interesa a muchas empresas que siguen haciendo las cosas como hace tiempo (La gente en la actualidad cree que con reciclar plástico y papel ya es suficiente… La realidad es que solo el 41% de los plásticos se recicla). Vamos, que mejor tender al zero waste que reciclar más
  • Una cosa que aconseja Bea Johnson en” Zero Waste Home” es súper importante: reduce el número de actividades que apoyan el consumo o conducen a él. Aquí entra mucho el compararse con otros, en generar necesidades artificiales por medio de las redes sociales, el marketing… a mí me pasa que, después de haber estado un rato en Instagram, tengo apuntadas un montón de cosas que quiero comprar, pantallazos de ropa… y aparte de la lista creciente de libros y pelis, que eso siempre es bien aunque contribuye al FOMO y a mi huella digital. Es decir, podemos ser perfectamente felices y estar satisfechas con lo que tenemos, pero todo nos empuja a la insatisfacción, y de ahí, a comprar
  • yo ahora mismo no solo estoy evitando acumular más cosas, aparte de evitar envases, sino que me desprendo de todo lo que puedo. Mis amigas se parten xq lo vendo todo por Wallapop, de hecho compro ropa y libros de segunda mano, eso compro y si después de recibirlo o de haberlo usado no llego a cogerle cariño, lo vuelvo a vender… y con lo que gano, reinvierto en mejor tecnología por ejemplo para este podcast. Y si puede ser tecnología reacondicionada, tipo CEX o Back Market, mejor. ¿Es cuestión de ser rata? Obviamente se ahorra mucho dinero. Pero la sensación de ligereza de poseer cada vez menos cosas y de ahorrarte el espacio mental y físico para ellas, es demasiado liberador.
  •  en el libro hablas de economía verde y diferencias entre economía circular y economía azul, puedes hablarnos de ellas y en qué se diferencian?
  • dame buenos datos en cuanto a empleos verdes, transición a una economía circular…
  • me gusta especialmente la sección que habla de cómo reducir tu huella en tu propia casa, o sea construcción, que es algo que ni se nos pasa por la cabeza a la hora de elegir casa, quien puede elegir algo de su vivienda en vez de solo pensar cómo narices va a encontrar más de 30 m2 y poder pagarlos…
  • dado que escribes sobre cosmética, háblanos de cómo reducir nuestra huella también aquí, que es algo que parece que nos cuesta más que con la comida, no es tan conocido. Dices que busquemos los sellos eco, orgánico, bio, cruelty fee,peta,ecocert,cosmebio…
  • Me prometes que esas certificaciones son de verdad y no el greenwashing de “aceite de palma sostenible” o “100% algodón orgánico”?? es fácil caer en el greenwashing si no estás informada de q no existe el aceite de palma sostenible o q solo el 5% del algodón fabricado en el mundo es orgánico.
  •  y es que, siguiendo estos consejos, reducimos muchísimo los químicos tóxicos que entran en contacto con nuestra piel o consumimos, como los disruptores endocrinos, el BPA… e incluso aquellos con los que limpiamos la casa (que luego echamos por el desagüe)…
  • háblame del ecoturismo, turismo naranja
  • respecto al armario, ya lo traté ampliamente en la tercera serie de Wanderlust sobre hacer la moda más sostenible, donde entrevisté a Laura Opazo. Sin embargo, tengo un problema aquí y es que las oyentas me preguntaban por marcas de moda más sostenible y de verdad que no sé decirles, porque las que lo hacen todo más o menos bien en la parte de trabajo digno, producción local, materiales de calidad y menos contaminantes… luego o no me gusta el diseño o realmente la ropa no me da tan buen resultado en términos de calidad, se deforma etc… y esto, habiendo pasado tiempo buscando esas marcas, y habiéndote gastado bastante más que si vas al Zara, pues fastidia…
  • y luego está el negocio de la segunda mano, que se envía a países en vías de desarrollo y revienta sus mercados, como pasa con la ropa que tiramos a contenedores pensándonos mejores personas, o los aparatos tecnológicos, que se envían a países como Ghana por ejemplo para que los reciclen y crean unos problemas medioambientales tremendos.
  • Recomiendo mucho un documental en Filmin llamado “The Blame Game”, de Albert Julià y Juan Solera para entender cómo tu tecnología usada está causando un desastre en Ghana. Este móvil es de segunda mano, por cierto. Recordar también que los metales necesarios para construir baterías y semiconductores para móviles y ordenadores se extraen en países pobres donde se emplea mano de obra infantil, semi esclavizada, sin condiciones seguras para evitar las enfermedades derivadas de la manipulación de productos mineros como el coltán, por ejemplo.
  •  por cierto que en ese documental se ve también la importancia de reparar lo que se ha roto y que aquí no sabemos hacer ya, o cuesta tanto que es preferible tirarlo y comprar algo nuevo… ahora vas a poder exigir q reparen tu electrodoméstico roto con la nueva ley europea
  •  y no hablemos ya de la obsolescencia programada…
  • ¡Y esto es algo que hacían nuestras abuelas!¿Hasta qué punto ese sentimiento de nuevo rico y esa vergüenza por no entrar en la sociedad de consumo nos han hecho perder un estilo de vida más circular y sostenible? Éramos líderes en sostenibilidad… y nos dio vergüenza
  • “Tus desperdicios y otros manjares” : un tercio de la comida que se produce se malgasta. En españa, el 90% del desperdicio alimentario corresponde a comida que se tira tal cual se compró. 176 kg de media de pérdida de alimentos por persona y año (estamos por debajo de la media europea)
Desperdicio cero: la cocina óptima de Palmiro Ocampo y el batch-cooking con Rita Cifuentes
  • ¿Es posible vivir sin plástico? Quizás no del todo, pero podemos reducirlo.

    – hicieron lo que hacen muchos influencers (ej Lauren Singer) para reducir la basura que producen: fotografiarla cada semana, con el objetivo de ir reduciendo la montaña de envases y de asegurar el compromiso
  •  importante subrayar que no odiamos el plástico como material en sí, sino el uso abusivo que se hace de él, de usar y tirar. Estamos utilizando un material prácticamente indestructible y muy útil para ciertos usos, para fabricar objetos con una vida útil de pocos minutos; ¡a veces, incluso segundos! 

“Tomamos sustancias naturales creadas a lo largo de millones de años, las convertimos en productos diseñados para un uso de unos pocos minutos y después se las devolvemos al planeta en forma de basura concebida para que no desaparezca jamás” SUSAN FREINKEL

PELLETS. La basura que tiramos al mar. En 2010 acabaron en el océano entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico. La media, 8 millones de toneladas, equivaldría a verter un camión de basura lleno de plástico cada minuto. Y solo tienen en cuenta el proveniente de las costas, por lo que a estas cifras deberíamos sumarles las toneladas que se tiran o caen desde embarcaciones. Si no hacemos nada, en 2030 esta cantidad se duplicará. Una vez en el mar, las corrientes oceánicas, junto al viento y la rotación de la Tierra, van arrastrando algunos de estos plásticos y concentrándolos en unos puntos llamados «giros» (denominados así porque son corrientes circulares), donde se acumulan cantidades ingentes de plástico, formando islas o sopas de plástico. No es de extrañar que se haya encontrado plástico en el lugar más profundo de la Tierra, la fosa de las Marianas, que está a 10.898 metros de la superficie

Las 5 R

Bibliografía

libros

  •  «Vivir sin huella»  (Ana de Santos Gilsanz)
  • “Zero Waste Home” ( Bea Johnson)
  • “Vivir sin plástico” (Fernando Gómez Soria y Patricia Reina Toresano)
  • “Basura” (Jesús M. Paniagua)

artículos

https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2024-01-17/ricardo-beiras-biologo-nuestra-almohada-desprende-cantidades-enormes-de-microplasticos-que-podemos-inhalar.html

documentales

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