
Somos muy dados a los relatos apocalípticos cuando hablamos de nuestro futuro como especie sobre la Tierra, nos fascinan los zombis como en The Last of Us, yo creo que es en parte porque nos vemos a nosotros mismos como zombies en cuanto aparece la lucha por la supervivencia. O también hay pelis distópicas como The Road o The Survivalist, en las que personas aisladas luchan por conseguir comida y esconderse del resto en un mundo que ha dejado de producir alimentos y tiene un clima horrible y muy impredecible, en el que además los caníbales y criminales campan a sus anchas y reina la ley del más fuerte.
Estas dos últimas pelis las he visto y he sufrido muchísimo así que no os las puedo recomendar que no quiero que sufráis, mis queridas humanitas, porque es intrínseco al ser humano el preocuparse, tener miedo e imaginar un apocalipsis con la eco-ansiedad que llevamos encima, confirmada por unos fenómenos climáticos cada vez más extremos, con el individualismo que nos empuja a ser consumidores egoístas aislados y que desconfía del resto, con el clima prebélico de tercera guerra mundial, con el auge de la ultraderecha en la mayoría de Estados desarrollados y nuestro próximo Gran Hermano que es Elon Musk como dueño y señor de la tecnología y las redes sociales…
En cuestión climática, lo que es cierto es que vamos hacia temperaturas más extremas, mayor sequía, nivel del mar mucho más alto y muchas ciudades inundadas y playas desaparecidas, más pandemias y virus, huracanes, tifones, incendios o inundaciones mucho más imprevisibles y de una potencia súper destructiva…
Y hay muchas de estas consecuencias que ya no podemos evitar, hay efectos del cambio climático irreversibles que harán sufrir a millones de personas en todo el mundo y nos harán vivir peor, para algunos de ellos no tenemos siquiera forma de protegernos o adaptarnos… y lo peor es que, al estar viviendo ya un caos climático de la leche, estamos normalizando los fenómenos extremos, en lo que se conoce como “efecto shifting baseline”.
Por ejemplo, ¿te acuerdas de las dos horas de media que dormías en las noches tropicales de agosto del pasado verano? ¿O del dolor de cabeza tontorrón de estar como semi inconsciente todo el rato por el calor? ¿O de ver la enésima noticia de tifones locos en el sudeste asiático y que no se te moviera ni una pestaña? ¡Pues es que ya no nos acordamos, en nuestra mente recalentada ya todo es “normal” debido al “efecto shifting baseline”!
De hecho, hay países o ciudades que se parecerán a la película de Kevin Kostner “Waterworld”, como podría ser Sevilla o Cádiz, otras zonas del mundo serán más bien como “Mad Max”, como Madrid…
Según un gráfico interactivo de National Geographic, Madrid por ejemplo será una estepa árida, con temperaturas bastante más altas, con 79 días al año por encima de los 35º, donde la sequía y la sequedad del suelo no permitirán que crezcan árboles. Os dejo en el post en mi web el link a Picturing our Future para que podáis ver cómo quedarían muchas ciudades del mundo con una subida de las temperaturas de 1,5º y de 3º y se os van a poner de corbata, de verdad.
Creo que es bueno ver imágenes de estas porque los seres humanos somos visuales, y contemplar cómo sería nuestra ciudad sumergida bajo las aguas… puede mover a la acción climática a más de uno.
Sin embargo, esas películas no dejan de ser distopías, es decir ficción de terror, porque los países, según han ido aumentando su nivel de desarrollo tecnológico y científico cultural, el bienestar de su población, su esperanza de vida etc, han comprendido que la guerra es lo último que les interesa, y que la cooperación internacional es la única manera de asegurar el futuro de sus proyectos como país. Y sobre todo, lo han entendido las multinacionales que intentan dictar el ritmo a los Estados, como vemos con Tesla, Meta o Google en Estados Unidos y la Unión Europea.
Y, como vimos en el episodio de la semana pasada con Alba Leiva de El Orden Mundial, en el futuro tantos Estados como multinacionales se verán forzados a cooperar aún más, según todos vayan sufriendo directa o indirectamente, en mayor o menor medida, los efectos devastadores del calentamiento global.
Vale, ya hemos hablado de distopías.
¿Y si pensamos ahora en lo que sí podemos hacer, con las propuestas científicas, de agentes sociales, de pensadores que aplican los principios de la justicia climática y la sostenibilidad en sus campos de trabajo y que hay ahora mismo encima de la mesa? ¿En lo que ya se está haciendo y puede reducir las emisiones, recuperar especies, reverdecer desiertos, o ayudarnos a adaptarnos a lo que se viene? ¿Y si imaginamos una utopía ecológica, de esas que, si quisiéramos, podríamos hacer realidad?
Te voy a contar 10 puntos en los que se basaría la mía, y después veremos si es tan utópica como los gurús del neoliberalismo afirman, y vamos a ver también cuál es el verdadero delirio utópico en realidad.
EH, ¡un momento! ¡Que estoy yo aquí a punto de contarte cuál es la utopía ecológica posible y a lo mejor ni sabes quién soy ni qué es esto que tengo aquí montado! Hola, soy Paula Martín, estoy licenciada en periodismo y en antropología sociocultural y en este podcast, en “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?” hablamos de los escenarios actuales a los que se enfrenta nuestra especie con el cambio climático, y también pensamos en cómo podríamos mejorar este mundo que hemos heredado y que le tenemos que dejar niquelado a las generaciones de homo sapiens que vendrán después de nosotros!
Vale entonces, ya sabemos que una distopía es una representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana. Ficticia, ojo! En cuanto a una utopía, es lo contrario, una representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano. El nombre proviene de la obra de Tomás Moro de 1516, quién se inspiró en La República, de Platón, donde también se describe una sociedad idealizada.
Aquí vamos a hablar de una ecotopía, es decir, una utopía ecológica, que es también el título de un libro de 1975 de Ernest Callenbach, un manifiesto sobre la sabiduría de la Tierra y la necesidad de reconectar con ella bastante hippie. La principal diferencia con el término inventado por Tomás Moro es la creencia de que esta sociedad ideal debería estar basada en un sistema sostenible ecológicamente. Alexis Racionero ha ampliado esas ideas en un libro del mismo título y he recogido algunas de ellas, y otras las he extraído de la bibliografía que podéis encontrar como siempre en la web.
Pero claro, los seres humanos somos muy visuales, nuestro sentido más desarrollado es la vista y necesitamos trabajar con imágenes visuales imaginar… así que necesitamos VER la ecotopía en mi mente. Para saber cómo sería, le he pedido una imagen a una Inteligencia Artificial a partir de las características que te voy a describir, y os voy a describir la imagen que me ha devuelto que es súper chula y que podréis ver al final del episodio si estáis mirándolo, y también en mis redes sociales!
Quédate también porque al final te voy a recomendar algunos títulos de cli-fi, o climate fiction, ficción climática, que si bien en los últimos tiempos se ha hecho más oscura y distópica por el empeoramiento de la crisis climática y con ello, de nuestra eco-ansiedad, siempre acaba ofreciéndonos propuestas, soluciones innovadoras que estimulan la investigación y una visión esperanzadora sobre la resiliencia y capacidad del ser humano de adaptarse a entornos hostiles, prosperar e incluso procurar el mejoramiento de esos mismos entornos siendo responsables ecológicamente.
Los 10 puntos en los que se basaría mi ecotopía
Venga, vamos a por esos puntitos que formarían nuestra utopía verde que te quiero verde!
- Superar el capitalismo e ir hacia un nuevo sistema económico: este sistema económico está detrás de la verdadera utopía irrealizable, que es la idea de que se puede crecer hasta el infinito, de que el ser humano puede consumir y producir sin ningún freno, lo cual es imposible dado que los recursos del planeta no son infinitos y dado que nuestra manera de producir y consumir está produciendo un calentamiento global artificial sin precedentes en poquísimo tiempo… cada año, la fecha simbólica en la que agotamos los recursos de la Tierra para ese año es más pronto, en 2024 fue el día 1 de agosto, lo cual provocó que se excediera en un 74 % la capacidad de los ecosistemas para regenerar los recursos naturales.
En el modelo de post-capitalismo propuesto por el periodista británico Paul Mason, predomina lo cooperativo en detrimento del Estado y las empresas, ya que para él “Estamos ante una disyuntiva clara: un modelo colaborativo o un futuro distópico, una especie de feudalismo tecnológico en el que se multiplicaría la desigualdad”. El autor hablar de que el alto nivel de alfabetización, competencias digitales, acceso a la información y conexión crean individuos más formados e informados que no se dejarán amilanar, pero no sé si esto se parece un poco al anarquismo, que me parece demasiado idealista, ya que el propio individualismo y narcisismo en el que nos han sumido tanto el capitalismo como las vías de transmisión que mejor le han servido, el consumo y las redes sociales nos hacen salvar nuestro culo primero pero… quizá según avance el calentamiento global y el tecnofeudalismo del que avisa Yanis Varoufakis, nos veamos forzados a cooperar para gestionar la escasez.
Si triunfa su teoría, publicada en 2016 antes del Brexit y de Trump – dato importante a tener en cuenta -, Mason advierte de que tendremos que acostumbrarnos a vivir en una sociedad no consumista, con todo lo que eso implica, aunque el mercado y la propiedad privada tendrían cabida… pero se acabaría el consumo de usar y tirar, habría que optimizar los recursos de los que disponemos, que cada vez se restringen más…
En cualquier caso, el sistema económico debe cambiar, ya que, si bien el capitalismo nos ha hecho alcanzar unas cotas de desarrollo y bienestar nunca vistas, con millones de personas saliendo de la pobreza, también ha generado una desigualdad brutal entre los superricos y los ultrapobres, y por supuesto, en sus 250 años de vida, ha provocado un cambio climático chunguísimo y también sin precedentes, ya que es de origen antropogénico.
2. Justicia social: la forma de que haya superricos es que haya una gran masa de super pobres, los desheredados de la Tierra y cada vez menos clase media, que es en realidad la clase social en la que nadie parece querer estar porque siempre nos empujan a tener más, a trabajar más, a ganar más, a consumir más.
Un reparto social equitativo es la única manera de poder acabar con los desequilibrios que nos han traído hasta aquí, y que, por cierto, han provocado el ascenso de las derechas extremas al prometer una visión que se alimenta de la rabia de los desherededados, de los que han perdido el norte, las referencias y sienten que han perdido en el juego neoliberal. Ya sabes, es el mercado, amigo! Y el que gana, se lo lleva todo y deja al resto sin nada. Aunque haga trampas y no sea justo. Y esto amenaza las democracias, que aunque sean un sistema imperfecto de gobierno… de momento, es el menos injusto de los que conocemos y son factibles.
Por ello, lo más importante es trabajar en reducir la desigualdad, que se da sin freno en países donde no existe Estado de bienestar o este está muy deteriorado. Lo veremos con la entrevista de la semana que viene, que es fuertecita y como de costumbre suuuuper interesante, ya veréis. En la justicia social entre la justicia intra-estados, y es que con el calentamiento global se prevén grandes migraciones de refugiados climáticos cuyas graves pérdidas deberían ser cubiertas por los mayores emisores de gases de efecto invernadero… pero también me refiero aquí a cortar de raíz con el colonialismo verde y el colonialismo energético que implementa prácticas colonialistas desde Estados ricos o desde las propias antiguas potencias coloniales, sobre los países en vías de desarrollo. Este tema lo hemos desarrollado ya en un episodio de la semana pasada, si quieres saber más ya lo tienes!
3. El futuro será feminista, o más bien ecofeminista, o no será futuro sino pasado. La justicia social pasa necesariamente por la igualdad entre sexos y no solo eso, sino por un verdadero diálogo entre el feminismo y el ecologismo que es lo que propone el ecofeminismo. Así como el patriarcado estableció la separación de los sexos y la dominación de uno por otro en el Neolítico, las ideas ilustradas decretaron la separación entre cultura y naturaleza y la superioridad de la racionalidad sobre la emoción, de mente sobre corazón y cuerpo, ¡como si fuera posible separarlos!
Para el ecofeminismo, el enfoque de la sostenibilidad de la vida es clave. Esta corriente de pensamiento plantea que lo central que hay que mantener son las relaciones de co-dependencia y de interdependencia entre seres humanos, siempre pensados desde el convencimiento de que somos Naturaleza, y como tal, no podemos separarnos de la misma.
Y es que la desvinculación del hombre de su cuerpo, su parte orgánica y natural, y la subordinación que hace el patriarcado de la Naturaleza, con la que se ha identificado a la mujer al mismo nivel subordinado que el resto de especies y seres no-humanos de la Tierra, están en la raíz del pensamiento que ha creado las condiciones para la crisis ecosocial en la que estamos ahora mismo.
4. De la ecología a la ecosofía. Necesitamos meterle filosofía a la ecología, porque no deja de ser una disciplina que pone al ser humano en el centro, y en realidad somos una especie más del planeta, por lo que debemos volver a escuchar a la Tierra y practicar una sabiduría que nos hiciera conectar y funcionar a los ritmos de la Naturaleza, no los de las máquinas. De hecho, este sentido reverencial y místico con la naturaleza ha existido en tradiciones ancestrales, en las religiones animistas que otorgaban un alma y una intención a piedras, ríos o animales, formando parte de rituales chamánicos o en filosofías orientales como el taoísmo chino o el sintoísmo japonés. No hace falta que te vayas a vivir solo en medio de una laguna como el protagonista de “Walden”, o que te pierdas del mundanal ruido en un parque nacional como en “Hacia rutas salvajes”, pero la reconexión con la naturaleza de tú a tú es importante. Un concepto que se atribuye a al filósofo y activista noruego Arne Naess.
5. Una relación más equilibrada con el resto de especies. No utilizar animales y plantas únicamente para nuestro beneficio, sino establecer una relación más equitativa, respetar sus derechos, su vida en el planeta. Esto por supuesto se refiere a la explotación ganadera y agrícola, que debería dejar de ser un mega negocio que explota especies de manera indigna para el beneficio masivo de unos pocos, y retornar a unos métodos más extensivos y respetuosos con las especies que consumimos. Por supuesto, esto nos lleva a comer menos carne, que es la única manera en la que podemos seguir consumiendo proteína animal sin devastar el planeta… y hacerlo de otra manera, además de buscar otras fuentes de proteína animal y otras maneras de criarla y procesarla, con la utilización de nuevas tecnologías pero también del respeto a sus derechos.
6. Tecnología sí, mientras sea beneficiosa para todos. Como planteaba Alan Watts en “El legado de Asia y el hombre occidental”, no se trata de retornar a la condición primitiva queriendo ser “buenos salvajes” ni de abandonar los beneficios de la vida moderna, sino de integrar civilización y naturaleza. Ya que además, las nuevas tecnologías son un gran aliado para cuidar de la naturaleza o incluso para vivir en el campo y trabajar en remoto, por ejemplo. Pero ojo con venerar la tecnología por encima de todas las cosas, de forma que perdemos nuestra humanidad, o de confiar en el tecno-optimismo para revertir el cambio climático, en unas soluciones que solo sirven para poder seguir produciendo y consumiendo sin control, lo cual solo conviene a los ricos y poderosos, y lavar nuestra conciencia.
7. Y esto de integrar civilización y Naturaleza nos lleva a las ciudades verdes, a la renaturalización de los espacios, y no estamos hablando de vivir en los árboles ni de irnos todos a una ecoaldea, sino de hacer ciudades y pueblos más vivibles, y la única manera de hacerlo es integrando espacios verdes, rediseñando los espacios para combatir mejor olas de calor y utilizar mejor las superficies integrando cubiertas verdes, materiales ecológicos y placas solares y otras maneras de autoproducir la energía que necesitan para funcionar y procurar el bienestar de las personas en forma de passivhouses, rediseñando los espacios comunes para facilitar los servicios públicos accesibles y cercanos y la circulación del aire y presencia de flora y fauna autóctonos, reconstruir carreteras y pavimentos transpirables que absorban mejor el agua y el calor y que integren placas de solares, acercar la producción de alimentos a los núcleos urbanos con huertos urbanos y también con acuicultura y otras técnicas novedosas de ganadería ecológica tecnologizada, repensar el transporte para tener menos vehículos de motor y que estos sean eléctricos y que haya más transporte público y carril bici… y por supuesto necesitaremos hacer nuestras ciudades más resistentes a fenómenos climáticos cada vez más extremos y adaptadas a lo que pasará en ellas, como la subida de las aguas, más calor y menos lluvia…
8. Utilizar sólo energías renovables, ya que los combustibles fósiles han alcanzado el temido peak oil y a partir de aquí la producción comenzará a decaer, son energías que se acabarán y cuyo consumo para potenciar la industria es el factor más importante detrás del calentamiento global. La transición energética ya está en marcha porque tiene sentido no solo ecológico sino también económico y de justicia, aunque deberá hacerse de manera respetuosa con las poblaciones y evitando el colonialismo energético que los países en vías de desarrollo sufren a manos de las antiguas potencias coloniales. España en mayo logró un hito que es que más del 50% de la generación eléctrica provino de la eólica y la solar, mientras que en Europa van por detrás pero a buen ritmo… una sustitución lógica ante la reducción de recursos a la que debemos ir preparándonos desde YA.
9. Y de la energía renovable, que ni se crea ni se destruye sino que se transforma, pasamos a la economía circular, para reintegrar todo lo que consumimos a la naturaleza, como llevamos haciendo cientos de miles de años. Y es que los Estados y las multinacionales ya están comprobando en sus propias carnes la reducción de recursos, de materias primas para fabricar los productos que tan alegremente hemos estado usando una sola vez o muy pocas, y tirado a continuación. Esto ya no va a poder ser más así, tendremos que usar menos recursos y producir menos y que nos dure más… como deberíamos haber hecho siempre, en realidad. Esto aumentará la importancia de las R de reducir y rechazar, y disminuirá la de reciclar, porque digámoslo ya, reciclar se ha convertido en la R favorita de las empresas que se apuntaban al carro de la sostenibilidad de boquilla, porque te animaban a seguir consumiendo como siempre, a espuertas, que ya vendría el reciclaje a librarnos de nuestra basura y a lavar nuestra conciencia, en un greenwashing de manual. Y lamentablemente, se ha comprobado que el reciclaje convencional ha fracasado en España y no porque la gente no lo haya seguido de manera más o menos escrupulosa… como se ha constatado con un estudio el año pasado que, con las técnicas actuales, por el momento es imposible reciclar el plástico. ¿Todos esos envases que te dicen que son de plástico reciclado? En realidad, para fabricar plástico reciclado… se necesita más petróleo, o sea que de reciclado tiene bien poquito.
10. Me ha gustado la idea del filósofo y teólogo Ramón Panikkar de dividir el mundo en biorregiones para dividir el territorio por sus fronteras naturales como montañas y ríos en vez de fronteras políticas artificiales, una división que reduce las dimensiones de esos territorios según unas necesidades comunes de sus habitantes para hacerlo más abarcable. De esta forma se puede conocer mejor y comprender las necesidades del territorio, y también recuperar un sentido del territorio que es el del cultivo, no el de la explotación a la que nos empuja el agrobusiness. Según Panikkar, “el cometido del hombre no es el de dominar la naturaleza, sino precisamente el de cultivar: cultivarse a sí mismo y la naturaleza, precisamente porque no se pueden separar”.
Bien, hasta aquí los pilares de la ecotopía que me imagino en mi cabecita… que es utópica ? Puede ser, pero como veremos en la entrevista de la semana que viene, la falta de horizonte, el que no te dejen soñar e imaginar es lo q más nos puede matar por dentro como humanos…
¿Qué te han parecido estos puntos? Sé que me dejo muchas cosas… ¡dime cuáles! Déjame tus comentarios y lo hablamos, y si te apetece hacer tu propio intento de ecotopía, ¡me encantará leerlo!
Ah, como te había prometido, aquí tienes la imagen de mi ecotopía, que le pedí a DALL-E y oye, me ha quedado chula verdad?

Respecto a cuál es la verdadera utopía, sin duda es la ilusión del liberalismo económico, la fábula capitalista de que podemos vivir desvinculados de nuestro propio cuerpo, de la naturaleza y los límites que impone a nuestro crecimiento y consumo en la Tierra, que podemos ir siempre a más y a mejor y que para ello debemos trabajar más y producir más, y que viviremos cada vez mejor, con más riqueza para todos, como premio a nuestro esfuerzo. La ilusión de la meritocracia, como el sueño americano, que se ha demostrado que básicamente, son los padres, porque por mucho que te esfuerces y mucho talento que tengas, si provienes de un entorno pobre y tu piel, tu sexo o tu orientación sexual no son los adecuados… no podrás acceder al club de los súper ricos, que a lo que cada vez tiende más este sistema en el que el que gana, se lleva todo. A la concentración de la riqueza en mano de unos pocos.
Recomendaciones literarias de utopías ecológicas
Ah, no se me olvida que te debo una selección de lecturas recomendadas de ecotopías! Aquí están, y te dejo las portadas también en Instagram.
En la misma línea de Ecotopía de Ernest Callenbach y de la misma época hippie de movimiento contracultural son “Woman on the edge of time” de Marge Piercy de 1976 y “The Wanderground” de Sally Miller Gerahart, publicado en 1978.
Si hablamos de ficción climática más contemporánea y oscura, para nada comeflores, tenemos:
“Comportamiento de vuelo”, una novela de 2012 de Barbara Kingsolver, se fija en cómo afectará el calentamiento global a las comunidades rurales y grupos marginalizados, y explora la responsabilidad climática individual y la conciencia social.
“Historia de las abejas”, publicado en 2015 por Maja Lunde, una ficción histórica y distopía ecológica en la que Lunde reflexiona sobre el colapso que supondría el declive de la población de abejas.
“SolarPunk”, de 2010 como reacción al cyberpunk y una mezcla de ciencia ficción y literatura especulativa ecológica en la que la tecnología tiene un crucial.
“Nueva York 2140” de Kim Stanley Robinson, publicado en 2017, describe cómo los habitantes de Nueva York y específicamente los edificios y el transporte se adaptarían a una ciudad inundada.
Por cierto, que las novelas de ciencia ficción de Ursula K Leguin y Donna Haraway están inspirando a pensadores, activistas climáticos y científicos para pensar más allá e incluso para sean implementadas en escenarios reales, para imaginar soluciones innovadoras y futuros que, de tan utópicos e irreales, puedan impulsarnos hacia el futuro que deseamos, no al que tememos que se materialice.
Y es que, como veremos en el episodio de la semana que viene, la imaginación es el aspecto definitorio del ser humano, el que nos distingue del resto de especies, pero para conseguir avanzar hacia ese futuro imaginado, hacen falta cuidados que nos hagan poder avanzar en conjunto, sin dejar a nadie atrás.
Seguimos hablando en los comentarios, por redes sociales o por email, recuerda que puedes sugerirme nuevos temas y darme tu cariño y tu oxigeno por medio de buenas valoraciones en las plataformas donde estés escuchando o viendo este episodio, y si ya lo recomiendas a quien crees que le pueda escuchar vamos, ¡te pongo un piso! Un abrazo muy fuerte y no te pierdas el próximo episodio, hasta entonces, ¡nos escuchamos!
Bibliografía
Libros
‘Ecotopía. Una utopía de la tierra’ https://www.lavanguardia.com/magazine/buena-vida/20220907/8503087/ecotopia-utopia-tierra.html
https://www.polifemo.com/libros/ecotopia-una-utopia-de-la-tierra/261350
Socialismo de medio planeta de Troy Vettese y Drew Pendergrass https://www.circulobellasartes.com/humanidades/planificar-la-utopia-ecologista/
“Postcapitalismo: Hacia un nuevo futuro” (Paul Mason)
“Teoría de la Justicia” (John Rawls)
Papers
AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023 https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-cycle/
Picturing Our Future
https://picturing.climatecentral.org
The Fraud of Plastic Recycling. How Big Oil and the plastics industry deceived the public for decades and caused the plastic waste crisis. February 2024 https://climateintegrity.org/uploads/media/Fraud-of-Plastic-Recycling-2024.pdf
Farm robots: ecological utopia or dystopia?
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0169534721001750
fotos: https://www.aepjp.es/robots-agricolas-utopia-ecologica-o-distopia/
Utopías y Eco-utopías urbanas: un viaje hasta la ciudad ideal del siglo XXI
https://uvadoc.uva.es/handle/10324/63929
De la utopía arcaica a la utopía ecológica: la identidad indígena en América Latina
Informe de Eunomia sobre el índice de recogida separada de botellas de plástico de bebidas de menos de 3 litros en España https://docs.google.com/document/d/1TCz_kWF-sNOxV4CYyD9JpZbRF0wPoJ0A/edit
Reciclaje y residuos de plástico en la UE: hechos y cifras https://www.europarl.europa.eu/pdfs/news/expert/2018/12/story/20181212STO21610/20181212STO21610_es.pdf
La búsqueda de la utopía en la degradación ecológica —Análisis sobre la función de la literatura en la salvación de la ecología humana de Imposible equilibrio https://www.sinoele.org/images/Revista/20/Monografico_AAH_2013/SinoELE_20_2020_AAH_2013_III_Meng.pdf
Justicia ambiental. Entre la utopía y la realidad social https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-11912015000100008
Tiempos de crisis civilizatoria, conservación ambiental y ecoturismo. Una utopía ecológica para la Selva Lacandona
https://www.jstor.org/stable/48732767
Utopía y Naturaleza. El nuevo movimiento ecológico de los campesinos e indígenas de
América Latina Víctor M. Toledo. https://transecos.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/09/toledo-campesionos.pdf
Ecología y racionalidad utópica: hacia una sociología de la cultura medioambiental https://pce.es/media/uploads/2021/03/30/c453758c9d234a62a584dce4fc148b0e.pdf
Artículos
¿Cómo será el futuro si no frenamos el cambio climático? https://www.pactomundial.org/noticia/como-sera-el-futuro-si-no-frenamos-el-cambio-climatico/
El dios del crecimiento perpetuo ha muerto: las razones profundas del éxito de Trump vía @eldiarioes https://www.eldiario.es/129_b67a9f
Los científicos pronostican cómo será el mundo en 2070 https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2024/01/como-sera-mundo-2070
Así será la Tierra del año 2050
https://www.eltiempo.es/noticias/asi-sera-la-tierra-del-ano-2050
Medio ambiente: el país que se está preparando para su posible desaparición
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-59393226
De la distopía a la utopía: cómo sortear el catastrofismo climático
https://www.publico.es/sociedad/distopia-utopia-como-sortear-catastrofismo-climatico.html
Diálogos Ecotópicos: creativos y activistas escriben las utopías del futuro
Cómo los plásticos pasaron de ser una promesa de utopía futurista a la actual pesadilla ecológica
https://www.bbc.com/mundo/noticias-48699194
Semaphore: Una utopía ecológica propuesta por Vincent Callebaut
https://www.archdaily.cl/cl/963989/semaphore-una-utopia-ecologica-propuesta-por-vincent-callebaut
Distopía, estado natural
Desarrollo económico y ecología: La Utopía Posible
https://www.andinalinksmartcities.com/desarrollo-economico-y-ecologia-la-utopia-posible
TOMÁS MORO Y LA UTOPÍA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
https://www.unav.edu/web/bebrave/pensar-entradas-anteriores/5
Movilidad y crisis ecológica. La utopía como alternativa
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9252015
Planeando una utopía eco-socialista
Decrecimiento, ¿utopía o trayectoria sostenible para nuestro futuro?
Vídeos
Journey to Utopia
https://www.filmin.es/pelicula/journey-to-utopia
¿Es el decrecimiento una utopía? Ecología y sostenibilidad
https://www.youtube.com/watch?v=DFL7FEhHlwg
Lo que queda de Auroville, una utopía espiritual y ecológica en la India
Utopía y distopía en tiempos de emergencia climática, por Francisco Martorell Campo
https://www.youtube.com/watch?v=OqugEsiLsWE
Podcast
Mucho texto: “Ciencia ficción capitalista: la utopía de conquistar otro planeta”
https://open.spotify.com/episode/0jGxxH9vPa2LbNvM9gixV6?si=SEr9u1rhSOOaij6Zz-aCew
Episodio 60 – A favor del refugio – Arsénico Caviar
https://open.spotify.com/episode/31MXHrpeGrTQ2AvYJTVmAE
Deja una respuesta