La búsqueda de la felicidad, con Alejandro Cencerrado

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Hola, qué tal como estáis? Bienvenida, bienvenido a  “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”, por si no me conoces me llamo Paula Martín y soy periodista y antropóloga, y estoy súper contenta de entregarte un nuevo episodio con una temática que todas vamos a reconocer como pelín crítica en nuestras vidas. Y que como verás, impacta más de lo que creemos sobre el resto del mundo, en general: hablamos de la felicidad]

Y este nivel de motivación que me veis en cada vídeo yo no sé si será por la anfetas que desayuno, o porque hablaros de estos temas que me parecen apasionantes y hacerlo a través de un medio tan bonito como este y además tratando de llamar la atención sobre un tema tan trascendental y que se nos echan encima como es la lucha contra el calentamiento global… 

… yo no sé si esto es mi ikigai, mi propósito, o qué es, pero desde luego a mí esto me hace feliz y ya solo por ello merece la pena. En griego tienen una palabra, MERAKI, que quiere decir algo así como ponerle todo tu amor, tu dedicación, tu pasión a algo creativo que haces, como puede ser una artesanía, una receta… o cualquier proyecto creativo como este podcast. De forma que dejas tu esencia en eso que haces poniendo todo tu ser en que salga algo bueno y digno de existir, y a través de ello encuentras un espacio para la felicidad.

Bien, entonces estábamos hablando de lo que me hace feliz, que a mí es esto, y además es bailar con mis tribaleras, es viajar, es leer… pero ser feliz, ¿es mi objetivo en la vida? ¿Es esta nuestra misión sobre la Tierra? ¿Hay que ser felices todos los días, todo el día? ¿Se puede entrenar la felicidad, hay algún método para conseguirla? Aparte de que te caiga del mismo cielo una herencia por sorpresa y no tengas que trabajar más en la vida, que desde luego ya sabemos que NO hemos venido a este mundo a trabajar y sino menuda estafa…

Y aparte, ¿qué es ser feliz? ¿Se puede ser feliz todos los días? ¿En qué se diferencia la felicidad del bienestar, de la alegría, de encontrar un sentido a tu vida? ¿No te da ansiedad esta búsqueda de la felicidad a todo coste?¿No te da rabia esta industria del bienestar, del welness, de “tienes que estar bien”, de perseguir la felicidad, de que es tu deber mejorar tu salud mental para estar bien?

A lo largo de la historia y en distintas sociedades, la felicidad ha tenido distintos significados e importancia, y una alcanzaba la felicidad de distintas maneras. Desde bien prontito, la Humanidad ha querido ser feliz.

En “Una historia de la felicidad”, Darrin M. McMahon dice que  las concepciones de la felicidad no adoptaron su forma moderna hasta la Ilustración (siglo XVIII), cuando a los hombres se les presentó la novedosa posibilidad de que podían ser felices en esta vida sin esperar al más allá. Este derecho a la felicidad estaba consagrado enla Declaración de independencia de los Estados Unidos de América y en la Declaración de los derechos del hombre surgida de la Revolución francesa. Las mujeres aún tendrían que luchar un par de siglos más para lograr derechos equivalentes. Pero esa es otra historia.

La mención más antigua que se conserva de la felicidad es del siglo VIII a. C. en textos de los filósofos clásicos, y está ligada a la fortuna, el destino e incluso la tragedia. Era algo que sucedía o no, y no se tenía ningún poder de decisión sobre ella. Dependía mucho de la voluntad de los dioses. La idea de salvación nace al principio de la Edad Media: se trata de reencontrar el jardín de Edén, el mundo antes del pecado original del cual habla la Biblia, la conversación a solas con Dios, que procura la felicidad eterna.

Y esto lo encontramos en varias religiones monoteístas… pero después de la muerte. Aquí, sobre la Tierra, había que penar y hacer puntos para ir al cielo.

Hasta el final de la Edad Media, cuando mejoras tecnológicas, médicas, en agricultura… produjeron mejoras en la calidad de vida de millones de personas y el Renacimiento y el humanismo que floreció entonces pusieron al hombre en el centro del universo, así que buscar el placer se convirtió en algo loable, y la felicidad era considerada el máximo placer.

Quien desarrolló un concepto de felicidad que resuena conmigo fue Epicuro, un filósofo griego que creó un jardín en su casa donde sus discípulos y amigos – incluso mujeres, esclavos y extranjeros – acudían a vivir o charlar en armonía con el entorno natural y centrándose en el placer. Para Epicuro, que estuvo enfermo de hidropesía y otros males terribles casi toda su vida, la felicidad era la ausencia de dolor que da tranquilidad de espíritu, también llamada ataraxia. Una vida sencilla, autónoma e independiente, con sólidas amistades, pequeños placeres y alejada de tensiones innecesarias.

Pero el placer no son los placeres del cuerpo de los hedonistas que son intensos pero efímeros, no, sino los del espíritu, y además en su justa medida, no sea que se te vaya la olla dándole a la pipa, por ejemplo. Como dice alguien que yo me sé, pásatelo bien, ¡pero con moderación! (pero vamos, que los placeres del cuerpo why not?)

Y para alguien que tiene migrañas recurrentes como yo, pues este hedonismo inteligente que evita el dolor y que se procablamaba desde el jardín de Epicuro no puede ser más top. Llamadme epicúrea, que no me duele!

Y de todo esto vamos a hablar con nuestro invitado a este jardín de Epicuro que quiero crear yo aquí en este podcast: Alejandro Cencerrado, físico y experto en big data que trabaja en el Instituto de la Felicidad de Copenhague.

Entrevista

  • Alejandro Cencerrado, físico, experto en big data y analista principal del Instituto de la Felicidad de Copenhague. Lleva dieciséis años apuntando y analizando tu propia felicidad en un cuaderno, midiéndola del 0 al 10, y tienes un método que explicas en el libro “En defensa de la infelicidad” – esto cómo es, tu método para alcanzar la felicidad es una defensa de su opuesto?
  • ¿Qué has descubierto después de tanto tiempo apuntando tu felicidad diaria y en tu experiencia como analista de datos en el Instituto de la Felicidad?
  • ¿A qué se dedica este Instituto de la Felicidad de Copenhague y cómo llegaste hasta él?
  • Habrá mucha gente escuchando esta entrevista que necesite un poquito de consejos o un método para ser feliz en esta vuelta al trabajo, la rutina, comienzo del frío…
  • Escribes que “las personas que nos hacen sentir mal con nosotros mismos rara vez nos causan algún bien” – ojo alerta toxic people
  • Releer esos diarios nos permite darnos cuenta de que repetimos los mismos errores una y otra vez, a veces porque se deben a debilidades que forman parte de nosotros mismos —> pero tratamos de evadirnos, el escapismo hace q pensemos que en otro trabajo, con otra pareja, viviendo en otro sitio, seremos más felices
  • Tatuaje de Marina: “pasará”. Leyenda del médico persa para el emperador.
  • Robert Waldinger, psiquiatra e investigador, director del ‘Estudio de Desarrollo de Adultos’ de la Escuela de Medicina de Harvard, que lleva 80 años de investigación, habla de buscar experiencias o actividades que te hagan estar muy presente en ese momento. Dice que lo más importante que han aprendido es que mantener buenas relaciones nos hace vivir más y más sanos, y que la soledad es tóxica y acorta la vida.
  • La doctora en Psicología Social y del Comportamiento Sonja Lyubomirsky estudió sobre qué parte de nuestra felicidad podíamos actuar, y estableció que el 50% está en los genes, es tu personalidad. Un 10% se debe a las circunstancias, por lo que un 40% está en nuestras manos. Digamos que es bastante pero sin la presión de un 60%
  • Me encanta que en tu libro apuntes la infelicidad que sientes durante una resaca, durante tantos años pensé que era imbécil por sentirme tan mal pero es que estar hecha una mierda te hace estar infeliz, obvio.
  • Hay muchas cosas muy orgánicas, muy terrenales, casi hasta q nos parecerían infantiles, pero que tienen una influencia tremenda en lo felices que nos sentimos: que ese día haga sol, haber dormido lo q necesitas, no tener dolor, estar tranquilo, darte un paseo por el parque o estar con tus amigos o tu perro… cosas que nos conectan con el animalito que somos, en vez de irnos a lo abstracto, a lo cerebral, a lo elevado, que muchas veces es donde se sitúan los discursos de buscar la felicidad… en una lucha intelectual, en la meta de un camino aspiracional, en “realizarnos”, en el pensamiento en vez de las emociones más primarias y las cosas más simples
  • La felicidad ha tenido significados cambiantes a lo largo de la historia de la humanidad, pero ahora que una gran parte de la población mundial tiene sus necesidades básicas cubiertas, nuestra generación se ha volcado en la realización personal, en actividades placenteras individuales… (relacionado con la precariedad e inestabilidad de trabajo y vivienda)
  • Precisamente, parece que quien peor lo ha pasado es capaz de ver el lado bueno de la vida, como en La vida de Brian. Decía Ana Frank en su diario que escribió escondida poco antes de que la llevaran a ser asesinada en Auschwitz que: “creo que toda desgracia va acompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella, descubres cada vez más alegría y encuentras un mayor equilibrio. Y el que es feliz hace feliz a los demás; el que tiene valor y fe nunca estará sumido en la desgracia”. Estas palabras nos vienen bien cuando vemos tantas noticias de guerras, desastres naturales, el asedio de la emergencia climática, otras más domésticas como el precio de la compra o la vivienda, la precariedad… todo esto es mucho menos trágico que los tiempos que vivió esta gente y mira los problemas de salud mental que tenemos hoy en día.

Neurociencia y felicidad

  • vamos a hacer un viaje a nuestro propio cuerpo, a nuestra mente, pero antes de ver qué tiene que decir sobre la felicidad la neurociencia, habría que hablar del propio sentido evolutivo de la felicidad: parece que nuestro sentido biológico es perpetuar nuestro ADN, hacerlo vivir lo más posible, y claro, si no somos felices, ¿para qué seguir viviendo? ¿Para qué reproducirnos? la búsqueda de la felicidad que, junto con la búsqueda de la inmortalidad, parecen subyacer a toda acción humana… ¿no es lo mismo en el fondo?
  • Pero sí que nuestro cerebro tiene que ver mucho con esto “Neurociencia para ser feliz” (José Ramón García Guinarte), “La felicidad no es un constructo cognitivo, es una experiencia emocional, un sentimiento que se basa en la activación neuropsicológica del sistema de recompensas del cerebro” (artículo de la universidad Bitten Herdecke)
  • Nazareth Castellanos lleva años analizando la interacción del cerebro con el resto de los órganos en la gestión de las emociones, y en «La neurociencia del cuerpo» afirma que «cada vez hay mayor consenso acerca de que el cerebro trabaja de forma integral como una compleja Red»
  • 3 tipos de felicidad según la neurobiología: la q parte de la anticipación y el placer, la que conecta con el alivio y la q parte de la satisfacción profunda (la paz interior)
  • Y la que nos quieren vender es la primera de forma que nunca estemos satisfechas: ahí actúa el sistema de recompensas con el consumo, el FOMO, la comparación con otras, el deseo de tener esto o aquello o de tener más…
  • La obsesión por liberar dopamina, por cumplir una serie de requisitos como parte de un método para lograr ser feliz todo el tiempo…es el camino más seguro a la ansiedad
  • Homeostasis: un malabarismo del organismo por equilibrarse frente a un entorno siempre cambiante
  • como decía Aristóteles, que para ser feliz había que tener tres clases de bienes: externos, como la riqueza o los honores; del cuerpo, como el placer y la salud; y del alma, como la contemplación y la sabiduría.

Un concepto trascendental

  • El profesor de filosofía Rafael Narbona ha escrito un libro en el que analiza a los grandes filósofos para ver cómo nos pueden ayudar a ser más feliz, y ojo a lo que dice: “La razón me reveló que la tristeza es un desperdicio y que la inteligencia siempre tiende a la alegría.”
  • Muchos buscan trascendencia en el propio trabajo: soy periodista, como si eso definiera quién soy… y sin embargo Primo Levi, el químico italiano que sobrevivió a Auschwitz y que plasmó su experiencia en “Si esto es un hombre” que es sobrecogedora, escribió en otra novela que “el amor al propio trabajo (que por desgracia es privilegio de unos pocos) constituye la mejor aproximación concreta a la felicidad en la tierra”. Y lo escribe uno que sobrevivió a un campo de exterminio cuyo lema rezaba “el trabajo nos hará libres”.
  • La escritora Emily Esfahani dio una charla TED que acumula más de 14 millones de visualizaciones en la que avisa de que perseguir la felicidad puede hacerte desgraciada, y aconseja más bien buscarle un sentido a tu vida.
  • Los cuatro pilares de una vida con sentido según Esfahani: sentimiento de pertenencia (relaciones, familia, amigos, algún grupo o comunidad, una cultura…), un propósito (lo que quieres y lo que entregas, puede ser en el trabajo, criar un hijo…), trascendencia (religión, algo filosófico, conectarte con algo más grande y), y la historia q te cuentas a ti misma sobre tu propia vida.

La felicidad no es un concepto transcultural uniforme

  • La percepción de la felicidad también cambia de una cultura a otra:. Por ejemplo, «la concepción estadounidense de la felicidad enfatiza el estar alegre, mientras que la concepción china de la felicidad se centra en ser solemne y reservado. Esto significa que, en Estados Unidos, los estados emocionales positivos de alta excitación son considerados como felicidad, un estado deseable», según el psicoterapeuta Nangyeon Lim, profesor de la Universidad Kyungil de Corea del Sur, en un artículo de 2016.
  • en Dinamarca, donde está el Instituto de la Felicidad en el que trabajas, tienen la palabra “hygge”, que describe el estilo de vida de los daneses, y se refiere específicamente a un momento de felicidad o más bien un momento especial. Me  interesa esto de los momentos más que el continuo. (también tiene sentido dado el mal tiempo que sufren hasta en agosto)
  • Recuerdo preguntarle a mi madre ansiosamente de pequeña “eres feliz?” Y ella responderme “tengo mis momentos”.
  • Los daneses son los segundos más felices del mundo, después de los finlandeses que llevan varios años en el primer puesto del World Happiness Report. Y en el tercer puesto están los islandeses, y en el cuarto los suecos… ehm qué onda el frío y los nórdicos? No era que la oscuridad y estar mucho tiempo metido en casa te embajonan?
  • Si miramos el informe de este año, España está en el puesto 36. Los 10 primeros puestos los copan países ricos, y los nórdicos, en los que existe un fuerte estado del bienestar. Influye mucho que exista una red social que proporcione seguridad económica y de cuidados (Estados Unidos ha caído al puesto 23), que existan unos derechos y libertades garantizados por ley…pero también la percepción que cada uno tenga sobre su propio bienestar. En el último puesto está Afganistán, y yo diría que las mujeres afganas son las más desgraciadas de su país
  • A pesar de esa correlación que parece existir entre riqueza del país y bienestar y felicidad de sus habitantes, un estudio del Instituto de Ciencia Medioambiental y Tecnología de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) en el que ha participado la prestigiosa antropóloga Victoria Reyes-García publicado este año realizó una encuesta de felicidad a 2,966 personas entre pueblos indígenas y comunidades locales de economía de pequeña escala en 19 países y encontró que se declaraban felices con puntuaciones similares a las de los países más felices (un 6,8 sobre 10 de media, pero algunos reportaban un 8), a pesar de tener muy poco. Claro, que el World Happiness Report suele preguntar a personas provenientes de países industrializados.
  • Los pueblos originarios desde Ecuador y Bolivia llevan muchos años hablando del “buen vivir”, que es la vida plena para los indígenas: remite a la vida digna en plenitud, constituida por voluntades y prácticas políticas cotidianas, donde se privilegia una relación distinta con la naturaleza y se busca garantizar la pervivencia de los pueblos.
  • “El Qamir Qamaña Qapha (dulzura de ser siendo) se refiere a la riqueza de la vida, tanto en aspectos materiales como espirituales. La dignificad y bienestar de uno mismo, y el buen corazón. La reivindicación de un modelo de vida frente a la imposición colonial de estilos de desarrollo occidentales.”Pablo Mamani Ramírez (2010).
  • Hay un dato de este informe mundial de la felicidad que me interesa: después de la pandemia, se ha reportado un aumento de la benevolencia especialmente acusado entre millenials y GenZ: somos más propensos a ayudar a quien lo necesita.
  • Curiosamente, a los habitantes de Bután no les han preguntado por su índice de satisfacción con su vida, por su bienestar… a pesar de que este Estado en la cordillera del Himalaya, que colinda con China y con India, no mide su riqueza por el PIB sino por el Índice de Felicidad Bruta (IFB). Es un país budista, y‘La felicidad interior bruta se basa en dos principios budistas. Uno es que todas las criaturas vivas persiguen la felicidad. El budismo habla de una felicidad individual. En un plano nacional, corresponde al Gobierno crear un entorno que facilite a los ciudadanos individuales encontrar esa felicidad. El otro es el principio budista del camino intermedio’». . Con este índice establecido a mediados del siglo XX se pretende conseguir “un equilibrio armonioso entre el bienestar material y las necesidades espirituales, emocionales y culturales de la sociedad”. Para la medición del IFB se toma en cuenta 4 pilares que son el desarrollo económico, la preservación ecológica, la preservación cultural y el buen gobierno. Ellos entienden la felicidad como la satisfacción con la vida. (Hay que tener en cuenta el poder absoluto del rey y su aislamiento del resto del mundo)

La felicidad individual: consumismo, terapia, industria del bienestar

  • Pero… puede existir un lado oscuro de la felicidad? La obsesión por conseguirla puede esconder un lado negativo. Un artículo de 2011 de la directora del Laboratorio de Psicopatología y Emociones Positivas de la Universidad de Colorado Boulder June Gruber y otros autores sostiene que aunque la felicidad puede ser muy beneficiosa, no siempre lo es, no en cualquier contexto, a cualquier nivel, o por cualquier razón. Desconexión emocional, correr más riesgos de manera temeraria, frustración por las altas expectativas…
  • Para el filósofo francés Pascal Bruckner, autor del libro “La euforia perpetua.Sobre el deber de ser feliz” (Tusquets, 2001), el problema es en buena medida que se ha confundido felicidad con bienestar, o más bien con confort, y además mediante objetos ultra personalizados
  • las consecuencias que han tenido estas diversas acciones: sociedad de consumo, industria del bienestar y de ahí, calentamiento global,
  • se traslada la ‘responsabilidad de estar bien’ al trabajador-consumidor: las empresas se lavan las manos, y el Estado y sus sistemas de bienestar se van minando y reduciendo en muchos países en favor del libre mercado
  • Encuesta SHARE: cuando las necesidades básicas están cubiertas, no merece la pena hacer ningún sacrificio extra para mejorar la propia posición económica

El positivismo tóxico

  • optimismo: en su último libro, “El espíritu de la esperanza”, Byung-Chul Han hace una oda a la esperanza, mientras dice que el optimismo. Dice que la mente tétrica produce catástrofes. La mente en paz produce dicha. Una antigua idea budista. Uno se convierte en aquello que piensa. Pero ojo que esta es la base de todos esos libros de autoayuda que te dicen eso de que si eres capaz de imaginarlo, lo conseguirás, que el universo conspira a tu favor y esa mierda

Y además este positivismo tóxico yo creo que provoca lo contrario de la felicidad, que es la angustia, el miedo a lo que podría pasar: El miedo hace organismos enfermos, multiplica las fobias, el racismo y el resentimiento. El miedo es además una vieja estrategia de dominio, vuelve a las personas manipulables. https://elpais.com/babelia/2024-09-06/byung-chul-han-y-la-mente-esperanzada.html

Realismo para vivir bien

  • cómo sería más óptimo a la vez que realista y en armonía con nuestro cuerpo, mente y entorno el poder convivir con períodos y sucesos ‘malos’ y con alegrías y períodos de bienestar.
  • Aquí encontramos el estoicismo, que es no preocuparse por aquello que no puedas cambiar, y el budismo, que es aceptar las cosas tal y como son y simplemente sentir todo y fluir con ello.
  • Creo que en esto tenemos una desconexión total con nuestra propia naturaleza y con la naturaleza en su magnitud más de esencia… en la primera temporada hablamos del mito del progreso en la Historia pero es que lo hemos aplicado a todo en la vida, también a la economía con el capitalismo, y a nuestra propia vida. “Y vivieron  felices y comieron perdices” no aplica, es una cuestión de ciclos y de altibajos, y es algo que debemos aceptar.
  • Por cierto que existe una terapia para mejorar la salud mental llamada Green Social Prescribing y consiste en el simple contacto con la naturaleza: los famosos baños de bosque japoneses, abrazar árboles, cuidar un huerto o un jardín, e investigadores de varias universidades en Reino Unido acaban de presentar un informe para el departamento de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA). Más de 8.000 personas con problemas de salud mental dijeron sentirse mejor, con más calma y bienestar que antes de esta terapia, más felices y con menos ansiedad.

Bibliografía

Libros

  • En defensa de la infelicidad (Alejandro Cencerrado)
  • Una historia de la felicidad (Darrin M. McMahon)
  • «La neurociencia del cuerpo» (Nazareth Castellanos)
  • “La euforia perpetua.Sobre el deber de ser feliz” (Pascal Bruckner, 2001)
  • Neurociencia para ser feliz. ¡Descubre los secretos de tu mente! (José Ramón García Guinarte)
  • “Maestros de la felicidad: De Sócrates a Viktor Frankl, un viaje único por la historia de la filosofía” (Rafael Narbona)

Estudios

Artículos

Vídeos

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