Recuerdo que de pequeña, me flipaban las pelis de Indiana Jones pero había partes que para la mini Paula de 10 años eran terroríficas, como mi parte preferida de “Indiana Jones y la última cruzada” cuando el oficial del ejército nazi agarraba una copa de oro y rubíes creyendo que ese sería el Santo Grial y bebía de él, y comenzaba a temblar y a consumirse, se iba chupando, chupando, envejeciendo por dentro, y de repente era un viejo, y luego parecía una momia, y al siguiente segundo puro esqueleto, y luego solo polvo. La escena para una niña es de auténtico terror, pero a mí lo que más me aterrorizaba era pensar que una vida humana pudiera consumirse tan rápido, hasta convertirse en polvo que se llevara el viento. Y todo, por la codicia de intentar lograr la vida eterna bebiendo de un cáliz sagrado de oro y piedras preciosas.
Y de esto justo vamos a hablar hoy. Hola, soy Paula Martín, periodista especializada en podcasting con formación en Antropología Sociocultural, y esto es “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”, el podcast en el que intentamos explicar cómo nuestro ingenio, altruismo e inteligencia han logrado salvar la vida de millones de personas a base de vacunas o mejoras en las cosechas, pero nuestra estupidez trabaja en nuestra contra llenando nuestro cuerpo de comida basura o filtrando el humo del tabaco, y encima queremos criogenizarnos para vivir más allá de nuestra muerte y contemplar el secarral en el que no nos está importando convertir a la Tierra dentro de medio siglo.
De ser ancianos a los 35, a vivir más allá de los 100 años con buena salud y vida activa. De morir por culpa de una caries, a superar enfermedades mortales o incluso volver de entre los muertos. De dejar que nuestros anticuerpos luchen por salvarnos la vida frente a una infección o un virus, a inventar la medicina y operar incluso a distancia gracias a las nuevas tecnologías.
El ser humano sueña con el territorio inexplorado que se extiende después de la muerte desde que es ser humano, y desde muy pronto empezó a experimentar con toda clase de hierbas para lograr vencer a la enfermedad, el dolor y la muerte. La medicina es uno de los logros más impresionantes del ser humano, nos ha llevado a prevalecer sobre muchas otras especies y nos ha hecho soñar con la inmortalidad.
Pero, ¿Cómo hemos logrado saltarnos a la torera las leyes de la Naturaleza y derrotar las amenazas a nuestra salud y supervivencia una y otra vez? ¿Cómo era la vida antes de la mejora de la alimentación, la aparición de la medicina moderna, el descubrimiento de la higiene y la mejora de nuestras casas? ¿Qué consecuencias ha tenido para el medio ambiente el hecho de maximizar nuestro bienestar? ¿Por qué estas ansias de vivir para siempre? ¿Cómo podemos conseguir evitar nuestra propia extinción cual dinosaurios del siglo XXI?
Para hablar de este tema que me parece apasionante he conseguido engañar a Luis Quevedo, divulgador científico formado en biotecnología que ha formado parte de proyectos que nos hablaban de la evolución humana, el cuerpo humano, la ciencia tras la COVID, la emergencia climática, los desarrollos en biotecnología…
Lo «natural» y la evolución humana
- Lo “natural” es un valor tremendo en esta civilización tan avanzada en la que vivimos, pero lo natural realmente es tener el cuerpo de un anciano a los 35 y morir de viejo a los 40, o de una infección de una herida mucho antes… ¿Cuál era la salud de un homo sapiens antes de la aparición de la medicina?
- Yuval Noah Harari en su superventas “Sapiens” afirma que los cazadores recolectores tenían una dieta más variada y ‘natural’ y que bueno, vivían menos y la podían palmar por una infección de oído, pero su vida era relajada y a la vez activa, no conocían el sedentarismo, la obesidad ni el estrés, y que cuando llegaba la hora, tardaban poco en doblar el gorro… quitando la nostalgia de un pasado que no vivimos en nuestras carnes, la idealización del buen salvaje y el hecho del increíble bienestar que hemos logrado en muchas sociedades y capas sociales… ¿no hemos avanzado mucho tratando de luchar contra lo inevitable y en el camino hemos generado subproductos negativos en nuestra salud y estilo de vida, como precisamente la obesidad, la ansiedad, la falta de descanso…?
La increíble revolución que supuso la medicina
- ¿Cómo fue el descubrimiento de esa increíble revolución que es desarrollar la capacidad de curarnos a nosotros mismos? Me imagino que se debieron sentir como dioses, capaces de cambiar su propio destino.
- Y es que hemos alargado nuestra esperanza de vida muchísimo, según la ONU de 46,5 años en 1950 como media mundial a 71,7 años en 2022 y se espera que llegue hasta los 77,3 para 2050. En España estamos en el top ten, con 82,2 años de media. Por supuesto esto se debe a un conjunto de factores y el índice de desarrollo de cada país es determinante, así como el nivel de ingresos, la ausencia de conflictos armados… pero un buen dato es que se está cerrando la brecha entre los países menos desarrollados y Europa y América del Norte. Claro, esto también significa que cada vez somos mayores… y la investigación médica se está centrando en esto, en enfermedades que surgen en los últimos tramos de la vida, en investigar a nivel genético cómo romper con ese reloj interno que programa cuánto tiempo viviremos, e incluso en rejuvenecimiento, y no solo hablamos de cremas. ¿Cuáles son los últimos avances médicos en este campo?
La obsesión con la juventud
- En cirugía estética y tratamientos dermoestéticos como el botox, desde luego, nos estamos gastando auténticas millonadas, cada vez está más normalizado y democratizado, ya cualquier hijo de vecino se pone pelo o se corrige unas orejas de soplillo… queremos ser más guapos pero sobre todo, queremos ser siempre más jóvenes.
- La lucha contra el envejecimiento va más allá de cremas, pastillas y terapias, yo veo a la gente súper obsesionada con la dieta, que si hacer ejercicio… cuando parece que los únicos rasgos comunes a una gran mayoría de los llamados “superancianos”, personas que con 80 años mantienen una memoria propia de gente treinta años más joven (en mi caso es al revés), ya aparte de genética y estilo de vida saludable, son “tener fuertes relaciones con los demás y una actitud positiva ante la vida”.
De hecho, entre las llamadas “zonas azules” de centenarios están zonas muchas veces de islas donde se lleva una vida muy muy tranquila, poco tecnologizada y en comunidad, como las islas de Okinawa en Japón, Ikaria en Grecia, Cerdeña en Italia, o la península de Nicoya en Costa Rica.
La biotecnología nos hace soñar con la inmortalidad
- Y sin embargo, la tecnología puede ayudarnos a sobrevivir por ejemplo a amputaciones con una mejor calidad de vida, como las prótesis biónicas, o a la necesidad de un transplante que no llega, como los recientes órganos creados en otros organismos… parece que estamos cada vez más cerca de la máquina, aprovechamos sus ventajas pero tememos el poder que les estamos dando. Y además (en general), ¡no queremos convertirnos en cyborgs!
- “Homo Deus” (Harari): «la humanidad intenta alcanzar la inmortalidad, la felicidad y la divinidad» Y hacia esto precisamente parece que se encaminan las investigaciones en medicina, no? A vencer las enfermedades y el dolor y prolongar la vida humana con calidad de vida, sí, pero esto lo que nos hace es soñar con vivir para siempre…
- Claro, es que llegamos a dilemas ya vitales, al centro de las religiones… La muerte. En mi opinión, da sentido a la vida. No sabemos lo que hay después, nadie ha vuelto para contarnos si hay otra vida, reencarnación, paraíso, infierno o qué, pero alargarla hasta el infinito… ¿no le quitaría toda la gracia a este asunto que es la vida?
- Vale, tenemos que hablar de la criogenización porque tuviste un “intercambio de impresiones” en televisión en directo con el director de una empresa que se dedica a criogenizarte cuando te has muerto,
- La verdad es que, por mucho que nos quejemos de esta vida tan rápida, tanto estrés, la deshumanización… el ser humano en su vida se ha visto en otra, nunca hemos tenido una salud tan buena, hemos tenido la posibilidad de alimentarnos mejor, de curarnos con éxito de enfermedades y accidentes gravísimos… ¿o sí?
Somos unos kamikazes…
- En lo que sí parece que hemos perdido ha sido en ese tiempo que dedicamos a descansar y en la calidad del sueño, y esto viene de la mano del estrés y la ansiedad crónicos que se sufren en las sociedades desarrolladas, y tiene consecuencias muy graves sobre nuestra salud en general…
- Otra de las consecuencias nuestros propios hábitos de consumo de animales y de desplazamiento fue la reciente pandemia de COVID 19… ya se avisado de que esto podría volver a pasar, ¿no es así?
- De hecho, los virus son un organismo más que busca no solo sobrevivir a costa de otros, como nosotros, sino expandirse lo máximo posible, como nosotros… es algo que no entendemos, el hecho de que un virus o una bacteria sea también un ser vivo y busque de igual manera su evolución y su expansión, como nos creemos el centro del universo… (no estoy diciendo que haya que dejarles vivir también, pobrecitos)
- Pero parece que algunos de ellos, y sobre todo algunas enfermedades que vienen de nuestras propias células, como el cáncer o el alzheimer, están fabricadas por la propia Naturaleza como una manera de autodestrucción cuando ya hemos superado en las sociedades desarrolladas muchas enfermedades que mataban a millones, como la tuberculosis o la tisis…
- Lo que ya no toleramos de ninguna manera es el dolor, existen analgésicos para cada cosa, de los que nos atiborramos y creamos resistencia, y esto lo han aprovechado de manera criminal por Purdue Pharma, la farmacéutica perteneciente a la familia Sackler que con su estrategia de marketing para la venta masiva del Oxycontin, un opiáceo súper potente que los médicos recetaban con alegría porque se llevaban comisión, han creado una epidemia de adicción al fentanilo y a la heroína en Estados Unidos que está destrozando la vida de cientos de miles de personas…
Aparte de esta epidemia horrible en la que ha caído gente inocente por la codicia de una farmacéutica, ¿somos un poco kamikazes pero sin causa, no? Parece que siempre estamos buscando la manera de matarnos a nosotros mismos: drogas, alcohol, tabaco, sedentarismo, sobrepeso, obesidad, ansiedad…
… tanto que arriesgamos nuestra vida y hasta la supervivencia de nuestra especie!
- De hecho, somos tan kamikazes que estamos quemando petróleo a espuertas con tal ir en coche a comprar el pan o de hacer 200 viajes en jet privado al año, y así hemos creado el monstruo que podría acabar con el propio planeta en el que vivimos…
- No podemos irnos sin comentar el artículo que ha levantado tanto revuelo este verano, del académico William E. Rees, ecólogo especializado en población y ecoleconomía y que es muy pesimista respecto al futuro de la raza humana y a nuestra capacidad para evitar el colapso de nuestra propia civilización, que dice que en 2058 llegamos al colapso y habrá inevitablemente una “corrección de la población”, pero tú afirmas que aún estamos a tiempo de evitar los efectos más graves del calentamiento global, eso sí, que si no lo hacemos bien y a tiempo, podríamos más bien sufrir un declive… ¿esto quiere decir que podemos estar encaminados hacia ser menos, vivir en peores condiciones… o te refieres ya también en un plano de involución de la propia especie?
- María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, ya ha avisado sobre el efecto de la contaminación sobre nuestra inteligencia, ya hay estudios que avisan de que el tener la vida tan solucionada gracias a la tecnología está haciendo que seamos cada vez más tontos…
- Ya se están produciendo muertes por encima de la media por golpes de calor, incendios, inundaciones y otros efectos del calentamiento global… Si hacemos un ejercicio de ficción distópica, ¿quién sobreviviría en este escenario parecido al planteado en The Road que es el que nos pinta el estudio de Rees? ¿Qué características físicas y biológicas deberíamos desarrollar?
- Yo creo que Rees está harto ya del hecho de que los ecologistas llevan avisando del calentamiento global desde los ‘70 y aquí nadie hace nada, y los 3 últimos años están siendo tremendos en cuanto a clima extremo. Se ha esperado a agosto para publicar este artículo, cuando estábamos todos ahogados en nuestro propio sudor, en parte para ver si la gente de una santa vez se da cuenta y comienza a presionar a gobiernos y empresas para que tomen medidas contundentes… y un poco porque en el fondo, ¿a quién no le gustaría su poquito de corrección de la población?
- Terminamos en nota positiva: qué se puede hacer aún y qué se está haciendo para luchar contra el calentamiento global (desde el área de estudio en la que estás especializado)
Artículo relacionado
El clima que se nos está quedando con el calentamiento global, con Mar Gómez
Bibliografía
EL PAÍS
EL PAÍS
-Saldremos del fentanilo (Saldremos mejores) https://spotify.link/qDSsCDbBqDb
- Painkiller: America’s fentanyl crisis (VICE) https://spotify.link/GVUgN4rQDDb
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